Las expectativas que rodean al desempeño económico de Paraguay para el 2019 continúan desinflándose. Tras los anuncios sobre la menor producción que se espera en el rubro sojero (donde se estima una merma de al menos 1 millón de toneladas respecto a la campaña anterior), el sector de comercio y servicios marca una tendencia similar al no repuntar sus niveles de venta.
Esto sostiene Fabricio Vázquez, de la consultora MF Economía, y adelanta que el sector empresarial reporta un bajo dinamismo comercial, con lo que se mantiene el panorama de que no se está pasando por “un buen momento”.
“No se observa mucho movimiento; en cierta forma, nos acostumbramos a recibir a los compradores extranjeros que venían y nos solucionaban el problema del consumo. Ahora no vienen los argentinos ni los brasileños y la economía interna no tiene los niveles de dinamismo que tenía en años anteriores”, asevera.
Respecto a los efectos de la sequía en la actividad económica del país, el analista reconoce que si bien la agricultura tiene un peso menor en el producto interno bruto (PIB), su contracción afecta a sectores conexos como el transporte y la logística, así como a la recaudación de impuestos.
“Van a sufrir los agricultores y todas las empresas vinculadas a la logística: los camioneros van a ganar menos, por lo tanto, van a cambiar menos ruedas, el importador de cubiertas va a vender menos. Es una cadena que no es muy extensa, pero es significativa”, explica.
Prefiere esperar un tiempo más para definir si se ajusta o no a la baja la proyección de crecimiento del PIB de 4% para este año y confía en que aún se está a tiempo para implementar medidas anticíclicas que permitan un mayor dinamismo económico en los próximos meses.
Al ser consultado sobre el rol que debe adquirir el Gobierno en este sentido, insta a “que las inversiones sean rápidas y generen un efecto a corto plazo. Están los USD 500 millones de los bonos que van a servir en una buena parte para buscar ese efecto”, señaló.
deficiencias. Un reciente estudio de MF Economía resultó en la división de regiones económicas del país conforme su actividad productiva. Según Vázquez, queda en evidencia que el Estado favorece, a través de medidas como el desembolso de royalties, a las zonas que de por sí tienen más ventajas por su dinamismo propio, agrega Vázquez. “El Estado apoya mucho más a las regiones más desarrolladas, como Itapúa y Alto Paraná. El Estado genera diferencias regionales y refuerza las asimetrías: ayuda a los ricos y castiga a los pobres”, recalca.
