“Esa caída de la que se habla ocurrió hace dos días, pero hay que tener presente que las partidas que hay en tanque, más las que están próximas a llegar, ya se cerraron con el nivel de precios anterior. Para que estas caídas de precios se reflejen en el precio de venta al público va a pasar todavía un tiempo”, señaló.
Agregó que el mercado de los combustibles es dinámico y nadie puede presagiar una caída de los valores internacionales. “La información que nos llega a nosotros es la presunción que estamos ante la posibilidad de una recesión y eso generó la caída. No es que hubo una caída de la demanda ni nada, sino que son percepciones””, explicó Cáceres.
Admitió que la disminución de los precios internacionales en la última semana fue “realmente” sorpresiva, pero insistió en que todavía no se podrá reflejar en el corto plazo en los precios finales. Añadió que por esta razón deben pasar al menos un mes o mes y medio para que la caída sea percibida por el consumidor final. “Está muy difícil la predicción de precios en este rubro”, manifestó el gerente.
Suba. Cáceres señaló incluso que la tendencia es que suban los precios, porque en el último ajuste no se completó la diferencia, y actualmente “existe un desfasaje en los precios”. En efecto, desde Petropar y los emblemas privados coinciden en que los precios del combustible deben subir más de G. 1.000.
Por un lado, Denis Lichi, presidente de la petrolera estatal, afirmó que están obligados a ajustar los precios de los combustibles que ofrece la institución. Precisó que la diferencia actual es de G. 1.200 por litro.
Por su parte, Miguel Bazán, de Combustibles Integral, expresaba que la diferencia, dependiendo del producto, es de “entre G. 1.000 y G. 1.350”. Igualmente, añadió que la suba debía concretarse en esta quincena.
Desde Copetrol incluso señalan que hay ajustes pendientes y que es muy difícil predecir qué ocurrirá con los precios. Indicaron que la reducción del petróleo en los últimos días es aún coyuntural.