Se compromete a dar nuevas fechas en un mes, que sería antes de finales de abril. Ayer admitió en un comunicado –por fin– que es probable que los Juegos Olímpicos de Tokio no se celebren del 24 de julio al 9 de agosto.
El COI, presidido por el alemán Thomas Bach, acordó en una reunión por videoconferencia de urgencia de su Ejecutivo convocada desde Lausana (Suiza).
La presión internacional de comités olímpicos nacionales y federaciones de peso como las estadounidenses de Atletismo y Natación, que habían pedido el sábado un aplazamiento, abre una ventana para rebajar la tensión.
La voz fue elevada desde todos los rincones del planeta de atletas que no pueden salir de casa para entrenar. Algunos contagiados por el virus y sin poder realizarse la mayoría de los clasificatorios previstos, suponía que no podría realizarse en las fechas previstas. Hasta la fecha el 57% de los 13.000 atletas que debían clasificar a Tokio 2020 aún no lo han hecho, porque los clasificatorios fueron pospuestos.
LAS OPCIONES. Las posibilidades: retrasarlos para primavera, llevarlos a 2021 o a 2022. La primera opción es la preferida (Tokio 1964 se celebraron en octubre), pero puede chocar con grandes deportes (NBA, tenis, golf, etc.) que aspiran a seguir en esas fechas.
El Gobierno japonés también tendrá mucho que decir. Y hay que resolver barreras de seguros, instalaciones, coste de personal... Japón había invertido unos USD 35.000 millones en la cita (sumando infraestructuras) y el presupuesto de organización es de unos USD 12.000.