Patricia C. Benitez
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Aurora Blanca Noriega de Barreto, más conocida como Coca Barreto se tomó un tiempo entre sus múltiples roles de mamá, abuela, decoradora y empresaria, y charló con Última Hora sobre cómo combina estas tareas.
Su apodo viene desde que nació, pues según su madre ella no tenía pelo, era coquita y gordita. “Mi apodo ya es parte de mi vida”, comenta.
Ella es empresaria, y está al frente del cotillón Botica Mágica, desde donde ayudó a la formación de miles de decoradores, y lo sigue haciendo con sus cursos. Además es decoradora de interiores y fiestas, se especializó en decoración de fiestas y todo tipo de eventos. Estudió en Estados Unidos y en varios otros países. “Porque antes no había la ventaja de internet, había que viajar para capacitarse”, recuerda.
Vida familiar
Coca es peruana, vino a Paraguay con su marido paraguayo, Arnaldo Barreto. Cuando eso, ella tenía 18 años, vivía en Trujillo, Perú. “Él se fue a estudiar a Perú y ahí nos conocimos”, recuerda. Aunque hace algunos años es viuda, recuerda a su marido con cariño.
La madre de familia tiene tres hijos: Sandra, Josué y Paola; y cuatro nietos.
Sandra vive en Washington con su propia familia, mientras Josué y Paola están trabajando de cerca con Coca. “Botica Mágica es una empresa familiar, pues Josué trabaja en la parte administrativa y en las importaciones, porque importamos cosas de China, Colombia, Panamá, Perú, Brasil y Argentina. Por su parte, Paola se encarga de todo lo que sea decoración. Ella también es dueña de La Vajilla, una empresa de alquileres de sillas, mesas, vajillas, etc”, cuenta orgullosa.
Más sobre ella
Desde niña, a Coca le gustaba hacer manualidades. “Mi abuela me ayudaba a hacerle vestidos a las muñecas, pintaba cuadros. Luego decidí estudiar diseño de interiores. Nunca dejé de estudiar y comencé a viajar a traer cosas del extranjero”, relata.
Así fue creciendo Botica Mágica, que empezó con una sola empleada y ahora cuenta con tres locales. “Damos cursos y mucha gente se ha capacitado con nosotros, lo que me llena de satisfacción porque ahora ellos también son empresarios y han podido progresar”.
Entre sus desafíos está que el cliente este bien atendido, capacitar siempre al personal, para que el cliente salga contento. “Eso hay que cuidarlo todos los días”.
Aunque Coca admite que a veces es un poquito mandona, resalta que también es flexible con los asuntos de la empresa. “Tratamos siempre de no mezclar los negocios con la vida familiar. Una regla es que cuando nos reunimos en los encuentros familiares no hablamos de negocios”, confiesa.
Si bien tiene muchos sueños pendientes, está feliz con sus logros. “Estoy muy agradecida con Dios por todo lo que me ha dado, una linda familia, un esposo maravilloso, una empresa con la cual podemos vivir y sobre todo poder trabajar en lo que adoro. Para mí no es un trabajo. Eso contribuyó mucho, pues cuando uno hace con cariño las cosas eso prospera siempre”.
En sus tiempos libres le gusta disfrutar con la familia, jugar con sus nietos, salir de compras, a merendar, etc, pero siempre en familia.
En cuanto a sus proyectos, está el de lanzar su plataforma online, “para que la gente pueda entrar, ver los productos y pedir desde cualquier punto del territorio nacional”.
La mujer formó a miles y siempre recomienda “a las personas que quieren progresar en la vida es que le pongan todo el amor y la dedicación a sus sueños. No decir no puedo. Hay que agarrar los sueños con fuerza y perseguirlos”.