El capitán de la compañía K141, Vidal Silva, dijo que se sienten privilegiados por contar con el apoyo de una empresa privada y agradeció a los médicos que pensaron en la inclusión de los voluntarios al seguro.
Añadió que tienen en sus filas a bomberos que son abogados, médicos, veterinarios, contadores, enfermeros, además de estudiantes universitarios que aman ser bomberos. “Algunos ya usaron el seguro, pero muy poco gracias a Dios. El Covid-19 también ya nos pasó la factura, pero superamos todo afortunadamente”.
El doctor Alexis Amado Colmán, director del Sanatorio Liz de Caazapá, dijo que desde noviembre se encuentran operando en la ciudad y que una de las primeras ideas fue otorgar seguro a los bomberos de la zona.
COBERTURA. Comentó que unos seis trabajadores de blanco integran la sociedad Cemedica, con la cual se inició el sanatorio, y que todos coincidieron en que la labor de los voluntarios es muy sacrificada y que además lo hacen de manera gratuita y voluntaria.
“Para nosotros es muy poca cosa lo que les estamos brindando en comparación a todo lo que ellos hacen por la comunidad”.
Desde el primer día de apertura del sanatorio, los bomberos ya tenían su seguro, ya que se firmó un convenio con los voluntarios para que todos puedan acceder al beneficio, que incluye cobertura de toda la parte de urgencia, ya que ellos siempre están expuestos a casos urgentes cuando prestan sus servicios.
También incluyen análisis laboratoriales y cirugías menores. El doctor Colmán manifestó que en caso de presentarse una cirugía mayor, se le buscará la manera de exonerarle al bombero. “Los bomberos tendrían que tener un seguro mínimo del Estado, ya que ellos trabajan ad honórem y, a pesar de eso, ellos están siempre en primer lugar al servicio de la gente”.
