César Armele, miembro de la Cámara de Comercio y Servicios del Paraguay (CCSP), comentó que el bajo movimiento comercial observado a días de la reapertura de las tiendas y centros comerciales se encuentra dentro de la expectativa que tenían.
Señaló que percibe que las ventas están ralentizadas porque aún existe cierto temor de la gente a salir a comprar, en cierta medida, y porque además piensa dos veces en cómo invertirá el dinero, por la crisis generalizada que afecta a todos por igual.
“Para mí la fase 2 es el punto de inflexión, porque es el que nos va a demostrar si seguimos para adelante o retrocedemos. Si nosotros avanzamos correctamente en esta etapa, nos cuidamos, seguimos las medidas de seguridad, tenemos posibilidad de que esto siga evolucionando favorablemente en el proceso gradual y podamos ir incorporando recursos humanos, que no haya deserción, y aumentar las ventas en forma paulatina”, expresó Armele.
LENTA REACTIVACIÓN. Ruth Mendelzon, presidenta de la Asociación de Comerciantes y Empresarios del Centro Histórico de Asunción (Acecha), señaló que con el lento movimiento de compradores se demuestra que la reactivación también tardará en llegar.
“La gente cumplió a rajatabla los protocolos durante la reapertura, pero la reactivación está muy floja, muy lenta. Tampoco hacemos una alta convocatoria porque estamos cautelosos con el tema de que conocemos a la gente, queremos que se sienta segura al concurrir a comprar”, expresó la empresaria.
Añadió que, a pesar de la seguridad que se les ofrece, los compradores siguen estando temerosos por el gran golpe que significó estar parados por más de dos meses. “Creo que es la crisis, el golpe fue tan fuerte que ahora la gente no sabe para dónde ir ni cómo moverse en este nuevo ambiente”, significó Mendelzon.
La directora de Unicentro señaló que se trata de “un renacer”, pero insistió en que más que el miedo a la enfermedad, existe una falta de flujo monetario que hace que todos se muestren muy cautelosos a la hora de gastar.
Formales sin subsidio, desalentados
“El Estado no logra resolver con eficiencia el pago del subsidio de IPS a los trabajadores formales. Son muchos los que aún no cobraron y eso desalienta, porque a dos meses la situación se volvió desesperante”, se quejó el empresario César Armele. Indicó que no resulta justo que los trabajadores formales que aportan a la seguridad social sigan sin poder cobrar, cuando que a los informales se les pagó en tiempo récord. “Yo tengo dos empresas que no recibieron nada y les vamos a pagar estos cinco días de trabajo, pero no saben cómo completar el mes y eso es inadmisible”, señaló.