Los efectos del Covid-19 en los procesos de formalización en el país demostraron dos cuestiones, a criterio de Hugo Royg, principal responsable de la consultora Mentu.
Lo primero es la necesidad de certidumbre de la ciudadanía, y de estar protegidos socialmente ante el cambio en el nivel de ingreso; mientras que lo segundo debe asentarse en la implementación de políticas públicas mediante mecanismos formales.
“Muchos buscaron aferrarse a una tabla de salvación, con disminución de costos (despidos, reducción de salarios) o bien los emprendedores que se vieron obligados a cambiar de actividad, frente a lo que se hizo complicado registrar una nueva empresa formalmente”, destacó.
También citó niveles entre quienes se mueven en la informalidad, destacando que hay empresarios con renta muy baja a los que les cuesta llegar a ese escenario ideal de formalización.