Editorial
Ciudadanía necesita conocer las propuestas de los candidatos
Quienes aspiran a la presidencia de la República están obligados no solamente a demostrar integridad, decencia y capacidad para el cargo. Deben además ser capaces de exponer a la ciudadanía sus propuestas en ámbitos sensibles como salud, educación y seguridad. Es positivo por eso que presenten sus propuestas en cuanto a salud, como lo hicieron recientemente, pues el Paraguay necesita avanzar, a que la sociedad sea capaz de evaluar ideas y proyectos y tenga la madurez suficiente para votar más allá de los colores partidarios.
En nuestro país no hemos sido siempre muy aficionados al debate. Es probable que podamos hacer responsable de esto a la larga dictadura autoritaria que modeló tanto a la sociedad como a nuestra clase política. Es importante por eso entender que nuestra democracia, con sus 34 años recién cumplidos, aún no ha igualado los 35 años de dictadura de Alfredo Stroessner.
En vez de un debate sobre ideas, planes y proyectos, se ha caído con lamentable frecuencia en la descalificación del adversario, llevando esto por lo general incluso al terreno personal. En medio de acusaciones e imprecaciones entre uno y otro candidato, el elector paraguayo propenso a votar por el color de un partido político, por tradición familiar, simpatías subjetivas o por conveniencia, pocas veces pudo escuchar a quienes se postulan para gobernar el país comentar sus proyectos.
Tenemos un serio problema cuando en una campaña política pesan más el color de una bandera, la canción partidaria o un eslogan que las grandes preguntas sobre ¿Cómo piensa resolver el candidato B el problema de la inseguridad? ¿Qué planes tiene el candidato A para mejorar el acceso a la educación de los niños que están fuera del sistema? Y después de la crisis que vivimos con la pandemia del Covid-19, y la actual crisis del chikungunya, ¿Qué dicen que van a hacer para mejorar el acceso a la salud para la población?
Es por eso que la reciente controversia surgida alrededor de las propuestas sobre salud pública presentada por la Concertación Nacional, la cual había sido eficientemente formulada y discutida en los medios de comunicación, con la consiguiente respuesta del candidato del Partido Colorado, que a su vez mereció críticas, planteó por fin un sano debate sobre las visiones de cada sector político.
La Concertación Nacional presentó su Programa de Acceso a Medicamentos Esenciales, Pohã gratis ñande derecho, con el que buscan ofrecer insumos gratuitos en los hospitales públicos de todo el país. A esto, en las redes sociales los fanáticos del partido colorado respondieron que era de imposible cumplimiento, etc. Hasta el actual ministro de Salud opinó sobre la propuesta calificándola como una “utopía”, pues alguien siempre termina pagando. La verdadera polémica sin embargo surgió cuando el candidato por la ANR, Santiago Peña, aseguró que el Ministerio de Salud debería solo encargarse de la rectoría de los servicios y no así de la construcción de nuevos hospitales.
"El ministro de Salud debe ser solamente el órgano rector de la salud pública, no debe tener a su cargo hospitales y médicos. El Estado contrata servicios de atención médica y deja de pensar en construcción de hospitales. Debe contratar servicios de atención médica. Un ejemplo es el Banco Central del Paraguay, que regula el sistema financiero". Cuando escalaron las críticas, el candidato dijo que no dijo lo que dijo y aseguró que no había intención de privatizar el sistema de salud.
Por fin la ciudadanía tuvo la oportunidad de escuchar sobre ideas o proyectos en áreas de la vida que le afectan; no solamente porque de una mejor o peor salud pública dependerá su sobrevivencia, sino porque de ello dependerá que los individuos que conforman la sociedad puedan tener calidad de vida.
Estos son los temas que deben ser debatidos en un periodo electoral como el que estamos viviendo. La ciudadanía necesita saber qué piensan hacer los candidatos cuando lleguen al gobierno, en cuanto a la economía, la salud, la educación, relaciones internaciones, la seguridad. Solamente de esta manera podremos fortalecer nuestra democracia, con una ciudadanía informada, alerta y activa capaz de reclamar a sus gobernantes el cumplimiento de sus promesas de darle una mejor calidad de vida.
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