La investigación que publica Nature Metabolism y firman investigadores españoles indica que la gestación afecta a la conectividad del cerebro, en particular a los componentes del circuito dopaminérgico, que interviene en la percepción de los estímulos gratificantes e impulsa los episodios de ansiedad por la comida.
CONSECUENCIAS. Los antojos no solo pueden influir en el aumento de peso u obesidad, sino tener consecuencias metabólicas duraderas en la descendencia, como explica a Efe la primera firmante del estudio, Roberta Haddad-Tóvolli, del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer.
experimento. El equipo diseñó un experimento para medir comportamientos similares a la ansiedad por la comida en ratonas preñadas, que tienen episodios similares a los antojos en humanos, con una preferencia por las bebidas azucaradas y un consumo excesivo de alimentos apetecibles.
El cerebro de las ratonas en gestación experimenta cambios en las conexiones funcionales de los circuitos de recompensa, así como en los centros gustativos y sensoriomotores, según la investigación.
El equipo se fijó en la vía mesolímbica, una de las rutas de transmisión de señales de las neuronas dopaminérgicas. La dopamina es un neurotransmisor clave en los comportamientos de motivación o deseo.
alteración de células. Los investigadores observaron que los niveles de dopamina y la actividad de su receptor D2R, aumentaban en el núcleo accumbens, una región cerebral implicada en el circuito de recompensa.
La alteración de las células neuronales D2R sería la responsable de la aparición de los antojos, ya que la ansiedad por la comida, típica del embarazo, desapareció después de bloquear su actividad.
Aunque el ensayo se ha realizado con animales, Haddad-Tóvolli afirma que, dado que el sistema dopaminérgico durante la evolución se ha conservado entre diferentes especies, se puede “inferir que alteraciones similares deben suceder en humanos”.
Por ello, estima que los resultados de este estudio deberían servir para lograr una mayor concienciación ante los antojos durante el embarazo.
Sobre si los cambios en el cerebro que dan lugar a los antojos pueden tener algún fin en favor del embarazo, la científica dice que hay especulaciones al respecto.
Evolutivamente, estas alteraciones podrían ocurrir para garantizar energía para el soporte del desarrollo del bebe en momentos de escasez, pero “en nuestro modo de vida actual, con exposición constante a alimentos altamente energéticos, los antojos recurrentes acaban por perjudicar la salud metabólica y psicológica de la madre, así como del embrión”.