“Al menos 28 miembros de las fuerzas de seguridad kurdas, cinco civiles y 56 combatientes del EI murieron desde el inicio del ataque contra la prisión de Ghwayran, en la ciudad siria de Hassake”, informó Rami Abdel Rahman, director del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH). Se trata de una de las mayores cárceles del país, y alberga a yihadistas.
Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), dominadas por combatientes kurdos y apoyadas por la coalición internacional, estuvieron en primera línea del combate contra el EI, venciendo en 2019 al grupo yihadista en Siria, y expulsándolo de su último feudo de Baguz en la provincia de Deir Ezzor. Pese a su derrota, el EI lleva a cabo sangrientos ataques, especialmente en el gran desierto sirio, que se extiende de la provincia central de Homs hasta la de Deir Ezzor, en la frontera con Irak. El grupo yihadista lanzó un ataque contra esta prisión, que alberga a unos 3.500 miembros del EI, incluidos los líderes del grupo, dijo el OSDH, que cuenta con una amplia red de fuentes en Siria. AFP