“Es un sector totalmente parado; llamamos a los asociados y miembros de la comisión directiva con la preocupación de que hay que abonar sueldos, pero algunos con perspectivas de seguir presentando pedidos de suspensión de contratos de trabajo”, enfatizó. El pago a proveedores, a las empresas de servicios públicos (ANDE, etc.), además de los compromisos con el Instituto de Previsión Social (IPS), forman un cóctel de dolor de cabeza para los representantes del rubro, quienes no ven un apoyo financiero llevadero, “porque se habla de que hay un tratamiento especial supuestamente desde el Banco Nacional de Fomento (BNF), a tasas bajas, pero es muy a corto plazo y con trámites engorrosos”, lamentó.
Por el momento, ladrillos huecos, estructurales, comunes, tejas, tejuelones y ladrillos refractarios no están teniendo salida en el mercado; por cada olería hay 4 o 5 miembros de una familia paralizados, y son gente que vive al día: Lo que logra vender le puede durar una semana, según comentó el presidente.