14 may. 2025

Censista: “El que no vive para servir, no sirve para vivir”

Las comillas del título encierran la frase de cabecera de don Óscar Arévalo, quien a sus 75 años de edad se apuntó para ser censista y se convirtió en una inspiración para los jóvenes.

“Como ciudadano paraguayo me puse a disposición más allá de mi avanzada edad. Estoy con 75 años cumplidos y, sin embargo, me siento todavía con entusiasmo, con fuerza, para poder aportar mi granito de arena”, manifestó.

Pese a estar jubilado, no perdió la energía de seguir trabajando: Estudia música, enseña el idioma guaraní, ejecuta la guitarra en un coro parroquial y hace parte de la catequesis en San Lorenzo.

Lo que le empujó a sumarse al Censo Nacional fue “ponerme a disposición del país para un trabajo de esta naturaleza que considero muy importante”, valoró y deslizó su máxima: “El que no vive para servir, no sirve para vivir. Es una frase que no sé quién lo habrá inventado, pero siempre es muy actual”, resaltó.

Cuenta que su hija cuando se inscribió él le dijo que también quería. “Sigo estando activo, estudio música (guitarra popular), enseño el idioma guaraní en mi casa o me voy a domicilio y, últimamente, me dedico a la parte religiosa, integro el coro en la iglesia y formo a los artistas y la liturgia”, comentó.

Conoce la dinámica de este tipo de trabajo censal.

“Tengo experiencia en base a un trabajo que tenía en la Senavitat, donde trabajé seis años en el área social. Salíamos a hacer las entrevistas a la gente que se postulaba para ser beneficiada con las viviendas”, relató al señalar que le tocará visitar 10 hogares en Fernando de la Mora.