Según la Policía, los estafadores de entradas recaudaron cerca de G. 2.000 millones. El fiscal Silvio Corbeta imputó a los encausados por producción de documentos no auténticos.
Según la investigación, el modus operandi de los presuntos estafadores se iniciaba con la creación de un grupo de WhatsApp para revendedores. Uno de los implicados se encargaba de promover la venta de las entradas más baratas, mientras que otro realizaba la distribución de los boletos. Seguidamente, las personas interesadas eran incluidas en el grupo y se les pedía que no den a conocer el nombre de quienes conseguían las entradas. Asimismo, les facilitaban un número de cuenta para transferencia y un número de celular para giros. Una vez que se hacía el depósito, los presuntos estafadores les otorgaban el link o el código de confirmación para canjear las entradas.