22 may. 2025

Casa Grütter saltó en 40 años de vender huevos a ser referente del retail

Gracias a la visión de su propietario, el negocio se convirtió en un supermercado mayorista y minorista, en donde se encuentran los más variados productos a precios accesibles y casi sin competencia en el mercado.

Casa Grütter nació hace 40 años, de la mano, el tesón y la visión comercial de don Juan Antonio Grütter, su fundador, quien comenzó con un pequeño local en el Mercado de Abasto, vendiendo y repartiendo huevos en su pequeño camión. Luego, su negocio fue incorporando otros productos que fue obteniendo mediante acuerdos y créditos, para responder a los pedidos de sus clientes. Así logró acrecentar su negocio hasta ser reconocido por sus buenos precios y la alta variedad de productos. Hoy, 40 años después, con una vasta clientela ya ganada, Casa Grütter es un referente indiscutido del comercio retail.

─–¿Casa Grütter celebra 40 años de existencia, qué siente cuando mira en retrospectiva?

–Que los años han pasado muy rápidamente y sorprendido ya con los tantos adelantos y mucha historia vivida…

–¿Cómo ve esos años ahora, fueron años de lucha, de paciencia, de visión de futuro?

–Fueron años de incomodidades, ya que al comienzo, 40 años atrás, la avenida Defensores del Chaco era un terraplén nomás y había un canal de desagüe pluvial tremendo sobre la calle Madame Lynch. El Mercado Central de Abasto era una zona de mucho movimiento en esos años, porque no había grandes tiendas de productos de consumo en los alrededores. Fue así que en los primeros tiempos del Abasto, las personas que más compraban eran mujeres que surtían sus almacenes o amas de casa que abastecían sus hogares. Del interior venían personas a mercar, con camiones de mediano y gran porte, para proveerse de pollos, verduras, enlatados, productos de almacén como harina, azúcar, que volvían a vender en sus respectivos comercios y ciudades.

–¿Cómo empezó a formarse lo que es hoy Casa Grütter?

–Empecé exhibiendo pollos y huevos dentro de un local de 7x10, que fuera entregado a los permisionarios cuando se inauguró el Mercado Central de Abasto, el 20 de octubre de 1981. En esos locales las paredes eran solo de un metro y medio de separación, más adelante se levantaron las paredes de unos 10 metros de altura para armar los salones, para proteger la mercadería de cada local comercial.

–¿A los cuantos años comenzó a trabajar y qué fue lo primero que hizo?

–Comencé a trabajar a los 19 años, cuando salí del cuartel, en la cooperativa avícola (Covisa), durante 10 años. Luego solicité permiso a la empresa para salir a trabajar de forma independiente. Para ese fin me acerqué a la familia Maehara, que se comprometió a proveerme de dos camionadas de huevos cada semana, con un crédito a 15 días de plazo. Para el reparto, había adquirido un camión Isuzu de 1.500 kg, por el que pagaba una cuota de G. 44.000. En aquel tiempo, toda la venta se hacía al contado. La familia Maehara ocupa un lugar muy especial en mí corazón y le estaré agradecido por siempre.

–¿Pensó en esa época de que su negocio llegaría alguna vez al sitial que ocupa hoy?

–En esa época era muy difícil imaginar que Casa Grütter llegaría a crecer tanto y a ganarse tantos clientes.

–¿Cómo logró convertirla en un referente del retail?

–Por sobre todas las cosas, depende mucho del emprendedurismo y de la constancia permanente. Ser constante ante las adversidades que se presentan en la vida empresarial. El trabajo arduo e incansable; yo abría el local a las 04:00 de la mañana en el Abasto, que al principio era para la venta a mayoristas solamente.

–¿Y cómo llegó a responder a las necesidades de sus clientes minoristas?

–Después, los clientes se acercaban a exigir la carga de otros productos, como aceites, enlatados, productos de almacén como azúcar, yerba, fideos. Para conseguir fideos me acerqué a la empresa Henmy junto a Juan Orué Ayala, un gran empresario de fideos y galletitas de la misma marca. Él me habilitó un crédito para empezar a trabajar con ellos y me dio algunos consejos útiles para un comerciante como yo que estaba comenzando en el rubro. Por ejemplo, me dijo que cuando un cliente viene con una criatura hay que mimarle con un caramelito para que vuelva a traerle a la madre. Otro producto con el que inicié mi negocio fueron los vinos Suabia, de la Colonia Independencia. En aquel tiempo había cinco marcas de vinos que llegaban de ahí, que ahora ya no existen por culpa del contrabando.

–¿Qué proyecta para que su empresa siga en la preferencia de sus clientes?

–Esta es una empresa familiar, por lo tanto debemos esperar el momento oportuno; seguir creciendo y, mientras tanto, seguir ocupándonos de nuestros clientes con los mejores productos y precios, brindando siempre la buena atención que ellos se merecen. Quiero aprovechar y agradecer la preferencia de nuestros clientes que siempre son fieles compradores en Casa Grütter desde hace 40 años, y decirles que Dios los bendiga a cada uno de ellos.

–¿Cómo sobrellevaron la pandemia de Covid-19?

–Al comienzo de la pandemia el Gobierno ayudó mucho a la ciudadanía para sobrellevar el problema de la alimentación. Casa Grütter consiguió colocar muchos combos de alimentos a pedido de entes gubernamentales, enviando la mercadería a todo el país, para el uso en las ollas populares, y solventar a familias de escasos recursos. Esto nos ayudó a seguir trabajando durante casi un año sin haber sacado a un solo personal.

–¿Cómo enfrentan la actual recesión y la estampida de precios?

–Los aumentos del precio del combustible, del gas y del pasaje afectaron mucho a la economía del país, a lo que se sumó la suba de los fletes. Estamos remando contra todos estos problemas y luchando para que las amas de casa sigan consiguiendo mercaderías a buenos precios en Casa Grütter.

–¿Qué piensa de la economía actual del país?

–La economía está muy golpeada actualmente por todas las situaciones que venimos viviendo con la pandemia de Covid-19 y por los aumentos de precios. Yo pediría al Gobierno que sepa comprender a todas las empresas que aportan para el país con mucho esfuerzo e idee la forma de buscar soluciones que favorezcan a ambos sectores: Estado y empresariado. Con las lluvias actuales, esperamos que todo se recupere lo más pronto posible, como también ayudará mucho la apertura de las fronteras para el libre comercio. Una vez superada la pandemia, tengo muchas esperanzas de que la economía paraguaya vuelva a mejorar. Debemos mirar para adelante, en pos de seguir creciendo siempre.


“Comencé a trabajar a los 19 años en una cooperativa. Diez años después me independicé y alquilé un lugar en el Abasto. Ahí me puse a vender huevos, que repartía en mi pequeño camión”.


“El éxito depende mucho del emprendedurismo y de la constancia permanente. Hay que ser constante para enfrentar las adversidades que se presentan en la vida empresarial”.


“Casa Grütter es una empresa familiar. Debemos seguir creciendo y, mientras tanto, seguir brindando los mejores productos con los mejores precios a nuestros clientes, siempre con una buena atención”.