Apenas conocido el sonoro y rotundo rechazo de los afiliados a los partidos políticos paraguayos al “modelo Cartes” el domingo a la noche, repudio repetido en todas las organizaciones políticas sin excepción (el vacío en las internas de la Unión Nacional de Ciudadanos Éticos fue estentóreo), Horacio Cartes ordenó a sus cómplices que propaguen la idea de que quien capitalizó ese repudio en la Asociación Nacional Republicana (ANR, Partido Colorado), Mario Abdo Benítez (Marito), necesita de él, de Cartes, para mantener sus chances electorales el 22 de abril de 2018.
Por supuesto, es una mentira más del hombre más mentiroso, menos escrupuloso y menos decente que haya ingresado a la política paraguaya desde Albino Jara.
Marito no necesita de Cartes para mantener sus chances electorales en 2018. Lo contrario es la verdad: cuanto más lejos esté de Cartes, más cerca estará de la gente; cuanto más rompa con Cartes, más conexión tendrá con nuestro Paraguay.
El mensaje del electorado el domingo 17 no pudo ser más claro. No más “modelo Cartes”. No más gerentes de Cartes. No más mentiras de Cartes. No más prepotencia de Cartes. No más powerpoints de Cartes. No más Fundación Ñande Paraguay gobernando. No más Luis Canillas, no más sinvergüenzas de alta sociedad.
Los poco más de cuatrocientos mil votos que obtuvo su delegado Santiago Peña no son votos ciegos o incondicionales de Cartes, como pretenden hacer creer a esos mismos periodistas y políticos que dijeron que no había diferencias entre Peña y Marito. Son votos coaccionados o engañados en su mayoría y una parte es voto de aparato.
Lo ocurrido con Javier Zacarías Irún, con Perla de Vázquez y con Óscar González Daher en su propia seccional confirma más allá de toda duda que en los lugares donde se logró comunicar a la sociedad la verdad sobre el cartismo, la verdad cruda de sus prebendas, de su indecencia, de su menosprecio a la dignidad humana, el electorado no dudó en castigarlo.
Zacarías Irún, Vázquez y González Daher son lo más duro del voto de aparato. Lo más duro. Pero como se informó bien al electorado sobre lo que son estos tres sujetos, perdieron las elecciones, a pesar de su fama de invencibles, fama montada sobre mentiras difundidas por los mencionados periodistas y políticos oportunistas, por decir lo menos.
Salvo Luis Canillas, Ilo Moreno, Carlos Fernández Valdovinos, el indigno presidente del Banco Central que está hundiendo la autonomía de la entidad, y demás cómplices de Cartes, muy pocos colorados quieren abrazarse a la indecencia. Hay una sólida mayoría en nuestro país que busca otro destino y no el servilismo repugnante de esos ejemplares del cartismo hacia Horacio Cartes.
Marito perderá estrepitosamente las elecciones del 22 de abril si compra esta nueva mentira de Cartes, la de que el saliente presidente es necesario para ganar. Esa es una nueva falacia, una nueva estafa del cartismo, cuyo único propósito es garantizar la impunidad de Cartes y sus gerentes, quienes, sin esa coraza, terminarán en la cárcel de Tacumbú por haber organizado el gobierno más corrupto de toda la historia de nuestro Paraguay.