Carlos recibirá, además, 100.000 euros en metálico y publicará un libro con sus mejores recetas. Pero el nuevo MasterChef España reconoce que el premio más importante es la beca para estudiar el máster en cocina, técnica y producto en el Basque Culinary Center.
Sally asumió la derrota. Sally fue una dura rival para Carlos, no solo en el último reto sino a lo largo de todo el concurso. Pero a pesar de ser enemigos en las cocinas, mantuvieron un enfrentamiento con deportividad. De hecho, Carlos prestó ingredientes a su contrincante en la prueba de fuego.
Sally realizó un trabajo digno de la gran final de MasterChef y fue la primera aspirante en clasificarse para el duelo final gracias a la Bomba Floral, receta de Jordi Roca, el mejor pastelero del mundo. En esta ocasión, la paraguaya rozó la perfección.
Los puntos fuertes de Sally son sus conocimientos en cocina y el sabor y la personalidad que aporta a cada una de sus creaciones. Sin embargo, no arriesgó lo suficiente para imponerse a Carlos. Además, se olvidó ingredientes básicos para sus elaboraciones y fue incapaz de controlar los nervios. “Estoy triste por no haber ganado. Es justo que Carlos haya ganado porque yo he cometido fallos y él lo ha hecho perfecto”, asumió la subcampeona.
La gran final de MasterChef era el evento más esperado del año y nadie quiso perderse este momento. Por eso, familiares y compañeros de Carlos y Sally llenaron las cocinas para arropar a los finalistas. A todos se les cayó la baba con Mey, la hija de Sally, que vino con Joaquín, marido de la finalista. A Carlos le acompañaron sus padres Carlos y Jenny, su hermana Paloma y su novia Ruth. También se reencontraron con sus otros familiares, los que han hecho en el programa: Alberto, Sara, Raquel, Encina, Mireia, Víctor, Mila, Pablo, Fidel, Lidia, Kevin, Antonio y Andrea.