09 ago. 2025

Cardenal rechaza desigualdad social y corrupción que dañan a la humanidad

El arzobispo metropolitano de Asunción, cardenal Adalberto Martínez, lamentó sombras y tinieblas presentes hoy en la existencia humana como las ambiciones de poder, tiranías, pobreza y aborto.

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Alegría. El cardenal Adalberto pidió a los fieles celebrar la Navidad felices porque Dios vino a decirnos que no estamos solos.

“Cantando y contando la alegría de la Navidad. No puede haber tristeza cuando nace Jesús para salvarnos del pecado, pero la garganta tiembla y enmudece con las desigualdades sociales que generan pobreza y el mal de los males; la corrupción. Todas son tinieblas que rechazan la vida humana, el primer derecho humano”.

Así lo afirmó ayer el cardenal Adalberto Martínez, arzobispo de la Santísima Asunción, durante la Misa de Navidad en la Catedral Metropolitana.

Jesús en su nacimiento entre pastores y campesinos –dijo el Cardenal– vino a decirnos que nadie estará solo. ‘‘El nombre de Jesús está sobre todo nombre. Cantamos y contamos esta alegría con los ángeles, aunque por momentos la garganta enmudece, tiembla y desespera por tantas sombras y tinieblas en el hoy de la existencia humana que oscurecen el horizonte de la vida humana. Hay como cortes de luces en el planeta, pero la luz que brilla no puede ser opacada cuando somos guiados por el Espíritu Santo’’.

Lamentó una realidad en medio de este festejo, que brotan en el corazón humano pleitos, adulterios, enemistades, iras, chismes, envidia, homicidios, borracheras, etc. También mencionó las guerras, el terrorismo, secuestros, genocidio, abortos y persecuciones por motivos religiosos, raciales.

Están las ambiciones de poder, la tiranía y las dictaduras en pequeñas y grandes escalas e igualmente las desigualdades sociales que generan grandes periferias de pobreza y ‘‘el mal de los males’’, la corrupción. ‘‘Tinieblas que rechazan la vida humana, el primer derecho humano a ser respetado’’.

El sábado, en su mensaje de Nochebuena, el cardenal dijo que para la Iglesia y para la nación esta Navidad es de necesidad de trabajar por la paz social de la nación, con base en la justicia, el derecho y el diálogo. “La inequidad social estructural del Paraguay amenaza la paz social. La justicia y el derecho son el camino de la paz, nos dice el profeta Isaías. Muchos hijos e hijas de esta tierra, familias enteras, no encuentran el propio albergue o posada en la patria. Viven desplazados”.

El arzobispo aseguró que “alrededor de la mesa de la patria hay muchos que brindarán hoy debajo de la misma mesa para recoger las migajas, si sobran migajas, que caen de algunos opulentos, excesivos y abundantes banquetes”.

Afirmó que el desarrollo económico es una deuda que recae en los representantes de la conducción del Estado para proyectar políticas públicas y modelos económicos que se antepongan a intereses personales y corporativos que usurpan los intereses del bien común de la patria, profundizando aún más la inequidad social, amenazando y perturbando la paz social.

La Iglesia asume como prioridad pastoral a pobres, gravemente privados de bienes materiales, sociales y culturales. Card. Adalberto Martínez, arzobispo de Asunción.