En la práctica, creer en Dios significa para el hombre adherirse a Dios mismo, confiando plenamente en Él y dando pleno asentimiento a las verdades por Él reveladas.
El Catecismo de la Iglesia Católica nos explica las características que debe tener la fe, resaltando que es un “don gratuito de Dios, accesible a cuantos la piden humildemente”, y que “es la virtud sobrenatural necesaria para salvarse”.
Es también “un acto humano, es decir un acto de la inteligencia del hombre, el cual, bajo el impulso de la voluntad movida por Dios, asiente libremente a la verdad divina.
Además, la fe es cierta porque se fundamenta sobre la Palabra de Dios; “actúa por medio de la caridad” (Gálatas 5, 6); y está en continuo crecimiento, gracias, particularmente, a la escucha de la Palabra de Dios y a la oración.
Ella nos hace pregustar desde ahora el gozo del cielo”.