02 nov. 2025

Calabozos policiales están abarrotados de internos en Central

Hacinamiento. Comisarías se llenaron en la pandemia

Hacinamiento. Comisarías se llenaron en la pandemia

Unas 302 personas están detenidas en los calabozos de las comisarías y subcomisarías de las distintas ciudades del Departamento Central.

La mayoría de estas personas están esperando un lugar para cumplir con las medidas de prisión preventiva impuesta por el juzgado en alguna sede penitenciaria.

Según fuentes policiales, debido a la pandemia del Covid-19, las personas que ingresan a las comisarías tienen que pasar diez días para luego someterse al hisopado que descarte que tienen el virus.

En el caso que el resultado sea negativo, deben esperar la disponibilidad de los centros penitenciarios.

Esto hace que los calabozos estén abarrotados y los internos pasen los días en situación de hacinamiento.

Sobre todo en comisarías como la Octava Central de Capiatá, que en la semana albergó a 20 detenidos en sus calabozos. El mismo fenómeno se da en Luque, donde también 20 personas deben convivir en situaciones poco dignas, ya que los calabozos no fueron diseñados para ser un lugar de reclusión, sino para ser un lugar de tránsito.

La mayoría de estos lugares tienen una dimensión de tres metros por dos metros y no cuentan con suficiente ventilación y otros requerimientos para una larga estadía.

Los uniformados también se ven en una encrucijada para alimentar a los internos, ya que afirman que no tienen rubro para ello.

“No podemos nosotros (los policías) estar desayunando nuestro cocido con galleta y no darles nada a ellos. Por una cuestión de humanidad, debemos ocuparnos”, indicó el comisario Cristóbal García, director de Prevención y Seguridad del Departamento Central.

Además de la alimentación, deben ocuparse del aseo y otras necesidades de los internos, quienes en un alto porcentaje no reciben visita de sus familiares, indicó el jefe policial.