Fronteras porosas, falta de personal de control y poca experiencia: tras incautaciones récords de cocaína proveniente de Uruguay en Europa, la última por más de 1.000 millones de dólares, expertos y aduaneros afirman que las condiciones están dadas para que el país sudamericano sea una vía de tránsito de droga.
“Venimos advirtiendo que cada vez hay menos controles porque se desmantelan los controles aduaneros, la plantilla (de funcionarios) no se renueva, y se contrata gente que está en un escritorio (...) y no trabaja en la cancha, en el campo, donde hay que trabajar”, denunció ayer el secretario general del sindicato de aduaneros uruguayos, Basilio Pintos, en entrevista con radio Sarandí.
Las denuncias de sindicatos de aduaneros sobre vulnerabilidades se multiplicaron tras dos gigantescos decomisos de cocaína en Europa.
Ayer la aduana de Alemania anunció una incautación récord para el país de 4,5 toneladas de cocaína por un valor de 1.100 millones de dólares en un contenedor procedente de Uruguay en el puerto de Hamburgo. El contenedor con soja llevaba la droga escondida en bolsos deportivos y tenía por destino final Amberes, en Bélgica. A mediados de mayo, las autoridades francesas confiscaron más de 600 kg de cocaína de extrema pureza en un jet privado proveniente del país sudamericano que aterrizó en suelo francés. Hubo varios arrestos en destino. La Justicia uruguaya investiga el caso.
Según el sitio independiente de análisis de criminalidad Insight Crime, estos decomisos, que se suman a una serie de cargamentos de importante volumen incautados en el último año provenientes de Uruguay o en suelo uruguayo, “revelan que los traficantes podrían estar usando cada vez más al país del Cono Sur como un punto de embarque mayor para drogas destinadas a Europa”. AFP