La situación se intensifica los fines de semana. Los días domingos, luego de la misa central en el Santuario de la Virgen de Caacupé, la gente empieza a movilizarse de aquí para allá, a pie, en motos, en vehículos, siendo el principal problema la estrechez de las calles, además del copamiento total de los espacios para estacionar.
La gente aparca a doble mano y apenas deja espacios. Algunas familias inventan espacios en sus predios para estacionamiento, que ofertan con grandes letreros que indican la existencia de lugares donde dejar el vehículo, lo cual permite ganar dinero extra.
A este problema de vez en cuando se suma la presencia de grandes vehículos que trasladan delegaciones, cuyos conductores muchas veces se ven en figurillas para realizar maniobras para doblar en las esquinas, las cuales se vuelven tediosas debido a las calles estrechas.
PANORAMA. Esta situación en Caacupé ya no se circunscribe solamente a los días del rezo del novenario de la Virgen Serrana, sino también los fines de semana e incluso los días hábiles.
Sin lugar a dudas, la ciudad va creciendo. El parque automotor aumentó considerablemente y las calles céntricas resultan muy estrechas. Al problema en cuestión, se suma la utilización para estacionar de sectores y espacios de la ruta nacional que cruza la ciudad.
Es casi una constante observar a diario el estacionamiento de vehículos a un costado, sobre largos tramos céntricos de la ruta PY02 Mcal. Estigarribia, en pleno centro de Caacupé. DB