Esa es la opinión unánime de la oposición brasileña, pero también prima entre diplomáticos extranjeros, representantes de organismos internacionales y empresarios que operan en Brasilia, que se cuidan de decirlo en público pero no lo ocultan en conversaciones privadas, en las que algunos llegan a calificar la situación de “policrisis”.
“Es casi imposible transmitir el horror que es Brasil hoy”, dijo Rubens Ricupero, ex ministro de Economía y de Medio Ambiente y embajador jubilado tras casi 50 años de una vida diplomática que le llevó a ocupar la secretaría general de la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), entre 1995 y 2004.
FRACASO. Según Ricupero, la pandemia de coronavirus, que ya dejó casi 50.000 muertos (49.976) y más de un millón de casos en el país, es la última y más gráfica prueba del “fracaso” del Gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro, pero no la primera.
Citó que Brasil es “el único país del mundo” en que dos ministros de Salud perdieron el cargo en medio de la pandemia y también que el actual, el general Eduardo Pazuello, “es un militar que no entiende de esa área”, lo cual no pasa desapercibido para ningún extranjero, al igual que el negacionismo de Bolsonaro frente al patógeno.
Según Ricupero, eso tendría consecuencias serias no solo en la imagen de Brasil, sino en aspectos más cruciales para un país en una crisis económica que se arrastra desde 2014.
COMERCIO. Un flanco preocupante pasa por el comercio internacional, en el que Brasil, pese a ser líder en varios segmentos de materias primas, tiene una participación global que no llega al 2%.
Las ultraconservadoras políticas de Bolsonaro, sumado al abandono de la agenda medioambiental, ponen en riesgo el acuerdo alcanzado el año pasado entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) y hasta el tan promocionado proceso de ingreso del país a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
En el primer caso, ya hubo anuncios. A mediados de 2019, el Gobierno de Bolsonaro entró en conflicto con Alemania, Francia y Noruega por la preocupación que estos países expresaron con los vastos incendios que devoraron parte de la Amazonía.
Los parlamentos de Austria y Holanda ya recomendaron a sus Gobiernos que rechacen el acuerdo con el Mercosur, negociado durante 20 años y solo entrará en vigor cuando se apruebe por los legislativos de todos los países del bloque comunitario.
Según Ricupero y otras fuentes diplomáticas, es difícil que sea rechazado de plano, pero más aún que sea aprobado sin reparos el próximo año.
Economía cae ante frágil democracia
El coronavirus fue un mazazo para una economía que desde 2017 crece a un ritmo del 1% anual. Si bien la pandemia impactará a la economía mundial, en Brasil se teme que supere a la media y estudios anticipan una caída de hasta un 15%, con un desempleo que superaría el 12% anterior al Covid-19 a un descomunal 25%, que ahondaría el enorme abismo social existente. Según analistas, la consecuencia directa sería una caída en picado del consumo interno, que es el motor económico del país. Si el escenario económico es difícil, aún más lo es el político, con una crisis institucional provocada por el choque de Bolsonaro al Parlamento y al Poder Judicial. La actitud del presidente lleva al país a una “democracia intimidada y amenazada”. EFE