La apertura de las reservas indígenas a esas actividades económicas era una de las principales promesas de campaña del presidente derechista Jair Bolsonaro, pero los activistas a favor del medioambiente temen que éstas aumenten la violencia y la deforestación.
La zona de la Amazonía, donde viven muchas tribus indígenas de Brasil, es rica en recursos naturales como el oro, el cobre, el tantalio, el mineral de hierro, el níquel y el manganeso.
La iniciativa del Gobierno también permitirá a los pueblos indígenas “llevar a cabo actividades económicas” en sus territorios, entre ellas, la agricultura, la ganadería y el turismo, indicó O’Globo, tras tener acceso a un borrador del proyecto de ley que el Ejecutivo prevé dar al Congreso.
Las comunidades afectadas por los proyectos realizados en esas tierras serán consultadas, pero no tendrán ningún poder de veto, según el texto. Recibirán, sin embargo, una compensación financiera.
Un portavoz del Gobierno sostuvo que la propuesta “aún se estudia y no está acabada”. La noticia llega después de que el ministro de Minas y Energía, Bento Albuquerque, defendiera el plan extractivo en territorios indígenas. AFP