“En alguna medida, una intervención tardía es sinónimo de desventaja para toda la vida. Esa inacción lleva a costos para el país”, recalca Walder, quien es asesora del Plan Nacional de Transformación Educativa y parte del equipo de evaluación del programa de Primera Infancia del MEC.
Aboga por sostener la inversión en Primera Infancia por un tiempo mayor, generando condiciones para que todo lo que asume FEEI sea asumido por otras instancias. “Hay que construir ese proceso para asegurar la sostenibilidad de los programas, independientemente del fondo del cual provenga ese financiamiento”, señala al admitir que “es probable que haya familias que dejen de recibir el servicio” de las maestras mochileras.
“Esa es la mayor preocupación, dejar trunco un proceso tan importante y significativo para el presente y el futuro de los niños y niñas. Realmente es un alerta que tenemos que considerar y a la cual hay que dar respuestas”, enfatiza.
Por lo que, a su criterio, hay que tomar medidas a corto plazo. “Buscar la forma para que los fondos del FEEI u otros fondos sean considerados para direccionar a este tipo de programas. Claramente eso hay que hacer, así como en otros momentos se logró blindar los fondos para algunas cuestiones, hay que asumir el compromiso ciudadano de exigir que estas ofertas educativas permanezcan por un tiempo más y haya un esfuerzo por vincular la permanencia de estos servicios con el correr del tiempo”, expone.