18 feb. 2025

BERTA: “ADMIRO A LA GENTE QUE AMA LO QUE HACE”

La guitarrista nacional Berta Rojas, elegida recientemente como mujer destacada del Paraguay, dio a conocer algunas punteadas de su vida fuera del escenario. Disfrútela.

Por Ma. José Centurión

Después de un tiempo agitado pero lleno de satisfacciones Berta Rojas descansa en Londres junto a unos amigos.

Este tiempo de relax es merecido. El 2006 fue para ella un año de mucho trabajo y de grandes logros a nivel nacional e internacional. Entre ellos, el lanzamiento de su disco “Cielo Abierto"; incontables conciertos en prestigiosos escenarios del mundo; la creación de su estudio de grabación en Estados Unidos, y la organización del concurso “Premio Cardozo Ocampo”. Esta premiación dio la posibilidad a los ganadores, dos chicos del interior del país, de brindar un concierto en Washington, Estados Unidos, donde reside.

Su última presentación del año lo hizo el mes pasado en el Kennedy Center de Washington, la cual fue transmitida en vivo por internet. Noviembre también fue especial: le comunicaron que fue elegida por el público paraguayo como una de las mujeres destacadas del país.

En esta nota dejó por un rato su guitarra y el mundo que la apasiona y habló sobre su reciente reconocimiento, su familia, sus sentimientos y sus deseos futuros.

- ¿Cómo se siente tras haber sido electa como una de las mujeres destacadas de nuestro país?

- Muy feliz y muy agradecida. Primero con el público paraguayo que participó en esta votación y que decidió darme este estímulo. También con la vida, ella me regala momentos tan hermosos como aquel en el que me anunciaron el premio.

- ¿Que cualidades cree que vio la gente en usted?

-Es difícil decirlo, solo puedo hablar de que el cariño que recibo del público paraguayo es tan especial que siempre que subo a un escenario fuera de casa me refiero a las imágenes que tengo guardadas en mi memoria: esos aplausos largos y cálidos. Esos son los que dejo que me abracen antes de subir a tocar.

- ¿Cómo se describiría en tres palabras?

Perfeccionista, soñadora y trabajadora.

- ¿Tiene algún modelo a seguir?

-No, te sorprenderá esto pero no me gustan los modelos, la idea de modelarse pensando en alguien no es para mí. Me inspiran sí, ejemplos de vida pero no me sale nunca decir, “yo quiero ser asi”. Decia Joseph Campbell que “el camino de otro, es el camino de otro”. Perdemos mucho de nuestra propia creatividad siguiendo los pasos de otros. A mi me sale mas fácil tomar el desafío de seguir nuestro propio llamado.

-¿Qué hace en sus horas libres?

-La realidad es que no tengo muchas horas libres. El tiempo en que no estoy practicando, estoy preparando clases o proyectos. Parece que me cuesta bastante parar. Pero ahora me tomo vacaciones, la primera en dos años. Navidad y Año Nuevo paso en Londres con amigos. Tengo ganas de ver Gales que no conozco, adoro la campiña británica y seguramente también cruzaré a Paris a ver a Ismael y Helene Ledesma. Voy a viajar sin guitarra, ¡a ver si puedo!

-¿A quien admira?

-Admiro la gente con la que me encuentro a diario, la que me renueva el amor a la vida con una mirada, con una sonrisa. Me conmueve la gente que decididamente ama lo que hace. Ella es la que despierta mi admiración.

-¿Qué quería ser cuando era pequeña?

-Arquitecta....(sonrisas)

-¿Cuál fue el momento más feliz de su vida?

- ¿Cómo puedo elegir entre el momento en que me anunciaron que iba a tocar en el Carnegie Hall, o cuando tuve por ejemplo “Intimamente Barrios” en mis manos, o esa mañana en que apareció publicada mi primera gran crítica en el Washington Post, o cuando John Williams vino a escucharme en un concierto en Londres, o cuando se abrazaron la guitarra clásica con la popular en el Lincoln Center? O quizás ese momento en el que le contaba a Milciades Brítez como se ven las nubes debajo nuestro cuando íbamos tomando altura rumbo a Washington? Es difícil elegir!

-¿Qué es lo primero que hace cuando llega a Paraguay?

- Era tradicional el almuerzo preparado por mamá: su pastel de palmitos y su postre de dos colores. Pero somos tantos en mi familia que ya no entramos en casa. Así que en esta última visita le pedí a mis primos que me prepararan un asadito con la familia, el momento del abrazo con todos, con mis sobrinos especialmente es lo que mas espero.

-¿Le gustaría que cambiara algo en su país?

-Me gustaría mucho que los paraguayos condenáramos la corrupción a nivel social, que no aceptemos conductas que no nos ayudan a crecer, como seres humanos y como sociedad. Que trabajáramos con dedicación por cambiar nuestro entorno, no pienso en los grandes cambios porque no dependen de mi, pero si pienso en mi pequeño entorno, afectarlo positivamente y comprometidamente.

-¿Le gusta cocinar?

-Desde que me separé no he vuelto a cocinar. Sólo en alguna ocasión especial. Cocino bien, tengo la mano de mamá para la cocina (me dice ella). Pero cocinar solo para mí no tiene mucho sentido. Lo mas lindo de la cocina es tener para quien cocinar.

- ¿Cómo es su día a día en EE.UU.?

- No tengo una rutina establecida. Dependiendo de la cercanía de los conciertos debo estudiar más o menos horas. Pero por lo general, salgo a caminar al Rock Creek Park de mañana, luego regreso a casa, le llamo a mamá para ver como está. Casi siempre respondo emails, los más urgentes, charlo con Bradley Ralph que es mi manager aquí en los Estados Unidos para planificar cosas, y luego estudio y enseño. Y trato de ir una vez por semana a mi estudio de grabación.

-¿Dónde y con quien vive?

Vivo en Silver Spring, en Maryland con Diana Albrecht, nuestra estrella del ballet nacional.

-¿Que es lo que más extraña de su país?

De Paraguay extraño todo, las flores de los lapachos y el perfume de jazmines que invadían la casa de mi abuela. También tomar mate con mamá y el abrazo diario con mis sobrinos y el diálogo cercano con mis hermanos. Reírnos a diario con mis amigas del alma de las cosas de la vida y abrazarnos cuando lo necesitamos. El teléfono que a diario me contacta con mamá no es suficiente ni reemplazará nunca el abrazo, pero entiendo también que mis sueños me trajeron hasta aquí y hoy es difícil volver.

-¿Con qué logros se sintió más satisfecha?

No te voy a mentir, cada concierto es un logro, así es que son muchos momentos en esta vida de concertista que me dan satisfacciones. Pero mas allá de mi propia carrera profesional, las otras cosas que hago son las que generan otro tipo de placer en mí y que son muy profundas.

Haberle traído al Carnegie Hall a los arpistas paraguayos Nicolás Caballero y Mariano González. O haber co-producido el Premio Cardozo Ocampo y el Concurso Ciudad de Asunción y las críticas tan hermosas que recibieron sus ganadores aquí. También cuando murió el crítico de música del Washington Post, me pidieran que tocara en su funeral. El poder mantener la mirada puesta en Paraguay es lo que mas alegrías me da.