Navalni, quien está hospitalizado en grave estado en un hospital de Berlín tras ser evacuado de Rusia, fue envenenado con un agente tóxico nervioso, un “incidente chocante”, anunció el portavoz del Gobierno alemán, Steffen Seibert.
Los análisis realizados por el Ejército alemán en consulta con el hospital de la Charité –donde está internado– hallaron “pruebas inequívocas de un agente químico nervioso de la familia del Novichok”, precisó. La canciller alemana Angela Merkel dijo que “esto plantea cuestiones muy serias que solo Rusia puede y debe responder”.
De inmediato, el Kremlin afirmó querer colaborar.
La Unión Europea tampoco se hizo esperar. “Este es un acto despreciable y cobarde”. El Reino Unido señaló, por su parte, que Rusia “debe decir la verdad” y consideró “absolutamente inaceptable” el uso de un “arma química prohibida”. Estados Unidos se mostró “muy preocupado” por los resultados de las pruebas alemanas, y la OTAN pidió una investigación. AFP