EFE
Ciudad del Vaticano
El Pontificado de Benedicto XVI cumplió ayer su segundo año y el Papa lo celebró en la intimidad y preparando el viaje que este fin de semana efectuará a Pavía (Italia), donde visitará la tumba de San Agustín, uno de los Padres de la Iglesia que ha inspirado su pensamiento.
Joseph Ratzinger ofició el pasado día 15 en la plaza de San Pedro una misa solemne con la que celebró su 80 cumpleaños (que los cumplió al día siguiente) y el segundo aniversario de su llegada al Solio Pontificio, y ayer la única “señal” de la efeméride es que es fiesta en el Vaticano.
Benedicto XVI pasó la jornada en el Palacio Apostólico, en la intimidad, y no celebró audiencias.
Aunque era festivo, el Vaticano informó de que el Pontífice nombró a Óscar Julio Vian Morales obispo de Los Altos, Quetzaltenango-Totonicapán, en Guatemala.
Hoy, viernes reanudará las audiencias, recibiendo al presidente de Sri Lanka, Mahinda Rajapaksa, y el sábado viajará a la ciudad norteña italiana de Vigevano, la única diócesis de la región de Lombardía que no pisó Juan Pablo II durante su Pontificado.
A últimas horas del sábado se trasladará a la cercana Pavía, donde estará el domingo y visitará la tumba de Agustín (354-430), el santo nacido en Argelia, obispo de Hippo, que fue aclamado como “doctor de la Iglesia” en 1295, durante el Pontificado de Bonifacio XIII.
Joseph Ratzinger es un estudioso de Agustín, uno de los principales inspiradores de su pensamiento teológico y, en 1953, hizo una tesis doctoral sobre el santo.
Tras esta visita, el Papa viajará del 9 al 14 de mayo a Brasil para inaugurar en el santuario mariano de Aparecida la V Conferencia general del Episcopado Latinoamericano (CELAM), donde respaldará a una Iglesia que ve cómo avanza una sociedad cada vez más secularizada, cómo crecen las sectas y desciende el número de católicos.