Esto sostuvo César Yunis, encargado de Estudios Económicos del Banco Central del Paraguay (BCP). “Va a implicar una reducción en el ingreso de la gente y, obviamente, una menor demanda efectiva. Si bien estos recursos pueden redireccionarse hacia otros sectores del lado de la inversión, eso puede atenuar el tema de la demanda que pueda reducirse por efecto de esta reducción en el ingreso”, sostuvo.
Aseguró que hasta el momento la proyección de crecimiento del producto interno bruto (PIB) para este año se mantiene en 4,1%, ya que no se cuenta aún con datos sobre la actividad económica de enero pasado. En cuanto al 2019, el BCP calcula que el PIB aumentó apenas 0,2%, como consecuencia de factores desfavorables como condiciones climáticas adversas, menores precios de materias primas y deterioro de países vecinos.
El analista Amílcar Ferreira, coincidió con Yunis en las expectativas del impacto que el malestar actual del funcionariado público puede generar particularmente en el consumo y el comercio, así como en la provisión de servicios públicos. “Espero que estos sindicalistas no adopten medidas que afecten la economía; estamos en un momento delicado, lo que menos necesitamos son cuestiones como esta que vengan otra vez a descomponer el ambiente económico”, recalcó.
El consumo exhibió en el arranque del 2020 un comportamiento todavía poco alentador, ya que la inflación mensual de enero fue de 0% y la variación interanual (comparativa con mismo mes del año anterior) estuvo en 2,8%, cerca del piso del rango de 2% a 6% en que el BCP permite fluctuar a este indicador.
En diciembre último, el BCP pronosticó para el 2020 una suba de 4% del consumo público, por encima del 3,7% asignado al consumo privado, y calculó que en el 2019 tuvo una expansión de 6,5%, con un resultado muy superior al aumento de apenas 0,8% que tuvo el consumo privado.