Particularmente, entre los años 2016 y 2019, la compensación de cheques se mantuvo en un promedio de 9,9 millones de operaciones. Pero, con la irrupción de la pandemia se redujo a 7,4 millones de operaciones, para recuperarse en el año 2021, aunque en un nivel inferior al observado antes de la crisis sanitaria mundial por Covid-19. Durante los años 2022 y 2023, continuó reduciéndose.
Liz Cramer, presidenta ejecutiva de la Asobán, señaló que la tendencia responde al avance en los medios de pago, transferencias vía Sipap/SPI, principalmente. “Los medios de pago tradicionales van perdiendo la preferencia de los agentes por mecanismos de pago como el QR, transferencias directas de cuenta a cuenta de 7x24, que resultan más eficientes y más cómodas para las personas”, expresó.
Apuntó que las ventajas de la disminución del uso de cheques “van desde el menor uso del papel, pasando por los costos operativos y logísticos de producirlos, distribuirlos y gestionarlos tanto para el que los emite, los que lo usan como medio de pago, como para los que cobran con éstos; disminución de errores (en la redacción, por ejemplo), disminución de necesidad de pericia caligráfica, y en general todas las ventajas relacionadas a mayor inmediatez, trazabilidad y agilidad en las transacciones que dan hoy lo medios de pago electrónicos”.