Las autoridades federales de EEUU aseguraron ayer que están tratando la investigación del tiroteo que el sábado dejó al menos 20 muertos en un centro comercial de El Paso (Texas), ciudad fronteriza con México, como un caso de “terrorismo doméstico” y delito de odio.
El fiscal del distrito de El Paso, Jaime Esparza, anunció que buscará la pena capital para el hombre acusado de la matanza, que además dejó por lo menos 26 heridos.
“Estamos tratando esto como un caso de terrorismo doméstico, y vamos a hacer lo que hacemos a los terroristas en este país, que es ofrecer una justicia rápida y segura”, indicó John Bash, fiscal federal para el distrito oeste de Texas, quien compareció junto a Esparza en rueda de prensa.
Previamente, los investigadores habían apuntado a un posible vínculo del sospechoso de la masacre de El Paso, Patrick Crusius, con un manifiesto publicado en internet en el que se critica “la invasión hispana de Texas”.
Crusius, de 21 años, se encuentra detenido en la cárcel del condado de El Paso.
Texas es uno de los estados que cuenta con pena de muerte, por lo que la sentencia podría conllevar la ejecución del acusado. El Paso es ciudad fronteriza con México, con cerca de 700.000 habitantes, y según datos del Censo, más del 80% de la población es de origen hispano. El centro comercial donde se produjo el tiroteo se encuentra muy cerca de la frontera con México, y es muy popular entre los ciudadanos mexicanos como lugar de compra durante los fines de semana.
acciones jurídicas. El secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, anunció que el Gobierno mexicano emprenderá acciones jurídicas para exigir la protección de los mexicanos en EEUU, tras el tiroteo ocurrido en El Paso en el que fallecieron al menos tres mexicanos. “Lo que ha ocurrido es inadmisible y hoy mismo daremos a conocer las primeras acciones jurídicas que tomará el Gobierno de México de acuerdo al derecho internacional”, expresó el canciller a través de un video difundido en redes sociales.
PESAR DEL PAPA. El papa Francisco expresó su cercanía espiritual con las víctimas de los tiroteos perpetrados en dos ciudades de Estados Unidos este fin de semana y otro la anterior, y rezó por las decenas de víctimas mortales que han provocado. “Queridos hermanas y hermanas, soy espiritualmente cercano a las víctimas de episodios de violencia que en estos días han ensangrentado Texas, contra personas inermes”, dijo tras el rezo del Ángelus dominical.
Francisco animó a los cientos de fieles que le escuchaban desde la plaza de San Pedro a unirse a su oración por todos los que han perdido la vida, los heridos y sus familiares, instó. Acto seguido el Papa se sumió unos instantes en silencio para orar desde la ventana del Palacio Apostólico, y después rezó un Ave María.