ARGENTINA EN RECESIÓN. Lleva ya años de mala gestión en términos de presupuesto público desequilibrado, de inflación, de recesión económica, de devaluación y de endeudamiento. Los datos actuales del Fondo Monetario Internacional dan cuenta de que la proyectada caída de la actividad económica, por debajo de 0, se situará probablemente en -3% a fines de 2019; el proyectado índice de precios al consumidor se posicionará en torno al 54% anual; el desempleo cerca del 11%, afectando a un millón y medio de personas; la deuda pública externa ascenderá este año a unos 325 mil millones de dólares, alrededor del 90% del producto interno. Estimaciones dispersas apuntan a un déficit fiscal entre -4% al -7%!? La desigualdad aumenta impresionantemente. Es uno de los países más azotados en Sudamérica en términos sociales.
BRASIL CRECE POCO. La recuperación económica del mayor país de América Latina sigue siendo lenta. El crecimiento percápita ha caído un -8% desde el comienzo de la recesión en 2014.
El PIB real creció solo un 1.1% en 2017 y 2018. Se espera que el crecimiento esté en 0.8% en 2019, la inflación por debajo del 4% anual y el déficit fiscal -6% en el PIB. La desigualdad aumenta. El desempleo estuvo en 2019 por debajo del 12%, afectando a casi 13 millones de personas, siendo alto en comparación con niveles anteriores a la crisis. Con su deuda pública de USD 979.040 millones, su economía ocupó el 2º lugar entre los más endeudados. De acuerdo con el informe de la Cepal, Brasil pagará la tasa de interés más elevada en América Latina: 5,6%.
PARAGUAY DEJA DE CRECER. Es uno de los países más pequeños de Sudamérica en tamaño del producto interno, pero el de mayor fortaleza macroeconómica (crecimiento del producto en torno al 4% anual en promedio de los últimos 15 años, con baja deuda externa en 22% y reducido déficit fiscal en -1,5% del PIB). Sin embargo, este año estará en torno al 0%, una tasa de inflación por debajo del 4% y un déficit fiscal relativamente alto: -2,3%. A pesar de su estabilidad macro, la microeconomía tiene dificultades de acceso a asistencia técnica y a créditos baratos y se encuentra lejos de prosperidad compartida. La desocupación está en 7,4% y la subocupación cercana al 20%. La desigualdad no mejora sustancialmente. Paraguay figura hoy en día entre los países de mayor deforestación en el mundo.
CRISIS EN DERREDOR: REPERCUSIONES AQUÍ. Gracias a su fortaleza macroeconómica, Paraguay no recibirá efectos desastrosos ni desestabilizadores en sus variables fundamentales. Es cierto que las empresas instaladas en Paraguay para vender a Argentina están pasando por una severa crisis porque esas ventas han disminuido en gran medida por la masiva devaluación del peso argentino en los últimos años y por la disminución drástica de turistas de Argentina a Paraguay. También es cierto que aquellas orientadas a las ventas al mercado brasileño han sufrido una reducción de las mismas, pero no fue tan sustancial como la registrada con la Argentina. No necesariamente la recesión en la Argentina y el bajo crecimiento en Brasil tendrán automáticamente repercusión de peso en el aumento nominal de la cotización del dólar norteamericano en Paraguay porque la misma depende también del comportamiento de la economía yanqui ante la guerra comercial con la China continental y ante otros eventos globales, pero tampoco se puede descartar que la depreciación nominal del guaraní aumente, aunque no en gran proporción. Permanecerá sustancialmente inferior a la desvalorización del peso argentino y algo por debajo de la del real brasileño.
COMÚN A LOS TRES PAÍSES. Argentina, Brasil y Paraguay sufren de mala calidad del gasto público, subvenciones fiscales, sistema previsional deficitario, megacorrupción e impunidad omnipresente. Priman delitos económicos tradicionales (evasión tributaria, piratería, contrabando –también de mercaderías prohibidas–, etc.) con los de nueva data (lavado de dinero, precios de transferencia, narcotráfico, giros ilegales al exterior, etc.) y el crimen organizado.