26 jul. 2025

Areva

Por Guido Rodríguez Alcalá |

Nadie es profeta en su tierra. En Francia, la empresa francesa Areva ha sido más criticada que un referee olimpista por una hinchada cerrista. En 2008, Greenpeace la denunció por una pérdida en una planta nuclear construida por Areva. En 2009, Greenpeace la denunció de nuevo a causa de la radioactividad que amenazaba a un pueblo de Niger, donde Areva es gran extractora de uranio. Le Canard Enchaîné, la BBC y otros medios europeos se han ocupado de la notable multinacional, que aquí ha pasado más desapercibida que un avión invisible al radar. Y conste que, en noviembre de 2009, Areva nos hizo un lindo chiste al dejarnos sin electricidad. Mejor sin electricidad que con radioactividad pero la empresa merecía una sanción, que no la ha tenido: no le han cobrado los 2 millones y pico de dólares que dejó como garantía de cumplimiento de un contrato incumplido. En Europa, sin embargo, Areva debió pagar (junto con otras empresas) en 2007 una multa de 53 millones de euros por un caso de electricidad je’u.

Pero pasemos del Viejo al Nuevo Mundo. En Itaipú, como sabemos sobra electricidad; lo que falta es la manera de hacerla llegar a todo el territorio del Paraguay. Por eso, después de largas negociaciones, se decidió tender una línea de transmisión desde Itaipú hasta Villa Hayes. Este fue un acuerdo de Lugo y de Lula que mereció la aprobación de todos. Sin la intervención de Areva, la electricidad hubiera llegado (o hubiera estado por llegar) a Villa Hayes. Gracias a Areva, la electricidad no llega ni llegará hasta fines del verano de 2011.

La historia comenzó a mediados de 2011, cuando la ANDE llamó a licitación para el tendido de esa línea. Eso significaba licitación para el suministro de equipos y el montaje de esos equipos. El suministro quedó a cargo de empresas extranjeras, porque esos equipos no se fabrican en el Paraguay. El suministro lo ganó Areva. El montaje lo ganó un consorcio paraguayo que después fue descalificado, sin que se sepa por qué. Hasta entonces, Areva era inocente. Sigamos.

Hubo una nueva licitación para el montaje de los equipos a mediados de 2009. Lo ganó un consorcio paraguayo, y todo era cuestión de comenzar. Si Areva entregaba los equipos, el consorcio paraguayo se encargaba de montarlo. Pero Areva se encabritó: dijo que su precio no incluía el IVA, y que no iba a entregar los equipos si no le pagaban también el IVA. Obviamente, había ganado la licitación no haciendo aparecer el IVA.

Lo que tenía que haber hecho Itaipú era descalificar a Areva y entregarle la fabricación de equipos a la empresa que salió segunda en la licitación, una empresa muy suiza: argel pero eficiente. No lo hizo ni tampoco se embolsó la garantía de cumplimiento de contrato de Areva, más de 2 millones de verdes. Lo que hizo fue llamar a nueva licitación y permitir que Areva participara de nuevo.

¿Qué atracción fatal ejerce Areva? Se presentó de nuevo a la licitación, perdió y después pidió la anulación de la licitación. ¿Qué hace Itaipú? Estudia atentamente el pedido de Areva (ver Última Hora del 28/2/210). A las empresas paraguayas que se quejaron por la anulación de licitaciones anteriores ni siquiera les contestó.