La investigadora Inés Fanceschelli atribuyó este comportamiento a varios factores, entre ellos al crecimiento del sector inmobiliario en espacios cercanos a la ciudad que podían utilizarse para la producción frutihortícola con mayores ventajas logísticas.
Explicó que los productores de Central no abastecen ni el 30% de la demanda y que apenas un 4% del tomate se destina al Mercado de Abasto de Asunción, aunque el horticultor Rosalino López advirtió que esta última cifra se debe posiblemente a que la mayoría de las cargas se venden a intermediarios, quienes finalmente destinan a los depósitos mayoristas.
De acuerdo a Fanceschelli, esta situación ocasiona una total dependencia de los productos extranjeros, donde funciona un oligopolio al igual que en el acopio y distribución de las verduras. “Son cinco empresas las que manejan el 80% del volumen importado de productos hortícolas con una total falta de garantía en la calidad y sanidad para el consumidor final”, lamentó.
Semillas. Esta dependencia también se traslada a las semillas de hortalizas, que se importan desde Brasil y Argentina, ante la inexistencia de semillas nacionales. En ese sentido, el presidente del Instituto Paraguayo de Tecnología Agraria (IPTA), Édgar Esteche, comentó que el ente cuenta con semillas madres para la multiplicación, pero aclaró que son cooperadores públicos o privados quienes se encargan de estos trabajos mediante acuerdos. Si bien no hay un plan nacional para la producción de semillas frutihortícolas, Esteche mencionó que hay algunos proyectos como el caso de la papa, ya que se cuenta con semillas madres para 20 hectáreas, que luego pueden servir para seguir multiplicándose y así ampliar la extensión de cultivos.