“Esta práctica de quitar la investidura a los parlamentarios solamente a partir de la existencia de una mayoría de votos a favor, sin ninguna condena por parte de los órganos jurisdiccionales competentes, era un arma de doble filo. Se podía utilizar para sacar a corruptos y mañana a las minorías que molestan”, señaló el analista político.
“Esto ocurre porque cuando le das un arma de ese tipo a gente sin ninguna visión institucional ni conciencia del estado de derecho, está claro que en cuanto puedan la utilizarán para eliminar a todos los que de alguna forma molestan su renta de posición”, explicó Lachi.
Dijo que “Paraguayo Cubas era alguien que estorbaba, que debilitaba con su actitud el statu quo vigente; y aunque sin duda lo hacía desde una perspectiva semiautoritaria”.
Agregó que el ex senador “ponía claramente el dedo en las llagas de la democracia paraguaya, mostrando públicamente su estado de descomposición. Y claramente eso no podía ser tolerado, así que ¿cual mejor solución que buscar una excusa cualquiera para sacarlo del parlamento?”.
“Sin embargo esa gente tiende a olvidar que Paraguayo Cubas había sido elegido por el pueblo, una minoría del pueblo es cierto, pero la democracia es justamente el sistema que antes que todo garantiza que las minorías tengan voces y espacio en el debate público. Pero si toda vez que una minoría te molesta las sacas del medio ¿cuánto tiempo crees pueda durar tu democracia?”, se preguntó.
Agregó que cuando son las mayorías a decidir como deben comportarse las minorías, “el único camino que nos queda por delante es un Parlamento donde pueden estar solo los que no estorban y una sociedad civil sometida a la voluntad única de la mayoría poderosa, sin derecho alguno a la critica ni al disenso”. “Ahora hay solo que esperar a ver quien será el próximo: ¿Víctor Ríos, Fernando Lugo, Desirée Masi?”, dijo avizorando otra pérdida de investidura.
Nos queda por delante un Parlamento donde pueden estar los que no estorban y una sociedad sometida.
Marcello Lachi,
politólogo.