El año pasado Canadá compró carne por alrededor de USD 170 millones, de los cuales, unos 70 millones corresponden importaciones desde Argentina, Brasil y Uruguay. Para el presidente del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa), José Carlos Martin, hay oportunidad de seguir los mismos pasos que hizo Brasil en sus inicios en este mercado y exportar durante el primer año productos entre USD 15 y 20 millones.
No es un destino de mucho volumen, pero compra carne industrial en un contexto en el que Rusia se va debilitando como comprador de cortes.
Además, el país norteamericano ostenta el noveno lugar en el ranking de importadores de carne bovina. Las autorizaciones son desde setiembre y el Senacsa estima que desde octubre se estarían enviando las nuevas cargas.
Más ventajas. El presidente de la Asociación Rural del Paraguay, Pedro Galli, coincidió con el titular del Senacsa respecto a los volúmenes, pero destacó las buenas referencias que obtiene el país al ingresar a un mercado tan exigente. Explicó que con esta habilitación, otros países pueden tener garantía de la calidad e inocuidad de los productos paraguayos.
En esta línea, Martin explicó que justamente esta carta de presentación puede presionar a la habilitación en México. En paralelo se aguarda el último dictamen de Estados Unidos, que realizó su auditoría mucho antes que Canadá y así poder avanzar con Japón, donde los últimos trámites datan de hace un año. Asimismo, se prevé para este 2023 la auditoría de Corea del Sur, mientras que Singapur pidió informes adicionales.
EEUU. El Gobierno mantiene sus expectativas de lograr la habilitación oficial de la carne paraguaya en Estados Unidos antes del 15 de agosto. Este mercado hizo dos visitas al país y una audiencia pública en que ganaderos locales manifestaron su preocupación por los riesgos sanitarios que representaría la carne paraguaya, en tanto que el sector público y privado de Paraguay dieron varios argumentos sobre la seguridad de los productos.