Ante rezago escolar por pandemia, piden analizar exclusión y reforma

Ante esta situación, expertos locales del sector piden aunar esfuerzos para disminuir la cantidad de estudiantes que pueden acabar excluidos del sistema educativo.

Sugieren además revisar en un análisis cualitativo la reforma de los 90, para replantear cambios de cara a nuevos cambios en educación. Cifras oficiales indican que solo en el 2020, 18.000 estudiantes quedaron fuera de los centros educativos a raíz de la pandemia en el Paraguay.

Un fenómeno que se plantea con un aumento importante en la región es la exclusión escolar, donde el abandono se da, por un lado, por la pérdida de espacios presenciales y la falta de condiciones para las clases virtuales, advierte el investigador en Educación, Rudi Elías.

“Por otro lado, el aumento de la pobreza –una realidad social nuestra desde antes de la pandemia– es otro factor, donde tenemos tasas tan altas de abandono escolar desde los 12 años en adelante en el sistema educativo”, explica.

En el país, antes de la aparición del coronavirus, apenas 4 de cada 10 alumnos lograban terminar la Educación Media.

En ese sentido, el especialista añade que todavía no se observan posturas claras para el regreso a las aulas. El tiempo de cuarentena no se aprovechó lo suficiente para crear condiciones para esta vuelta; se apuró a última hora y se da en condiciones de temor y en un crecimiento terrible de la pandemia con altos picos de contagios en las últimas semanas.

Se registra un total de 1.209.000 estudiantes solo en el sector público. Un sector que volvió a las clases presenciales, o de forma híbrida.

Los jóvenes denunciaron que en este contexto ni siquiera recibieron kits escolares completos. No contenían calculadoras científicas, lápices ni bolígrafos, pese a que el MEC pagó un millonario precio por estos ítems.

Elías agrega que en estos escenarios de crisis, las políticas escolares o sanitarias no son suficientes para frenar las deserciones de los jóvenes

“En general, ha estado bastante ausente o no se ve una mirada de políticas sociales, como acompañamiento a las familias con programas donde apenas se aplicaron unos pagos mínimos. Los niños y niñas sufren de violencia que creció exponencialmente”, sostiene.

DOCENTES. Otro aspecto fundamental es el trabajo de los educadores en esta nueva modalidad creada con lo semipresencial, dice el investigador. “Hay que ver las condiciones del trabajo docente, queda claro que no tienen el acompañamiento necesario y ahora se les exige más cosas con el modelo híbrido”.

Asegura que está claro lo importante que son las clases presenciales, pero deben analizarse las condiciones de esta modalidad.

CAMBIOS. Exigir un sistema de innovación permanente, la necesidad de una educación permanente (a lo largo de la vida) y de la participación de toda la ciudadanía es lo que hay que pensar, cuestiona Ángeles Ferreira, doctoranda en Educación en la Universidad Autónoma de Barcelona.

“Esta innovación tiene que apuntar a la educación permanente y la formación ciudadana, pues si logramos una sociedad con capacidades de aprendizaje a lo largo de la vida, con autonomía, compromiso y conciencia, podremos resolver esta crisis y las que vendrán”, analiza.

Asegura que esto requiere reordenar todo el sistema, lo que no se logra poniendo más horas de matemáticas, robótica o incrementando la cantidad de computadoras en los centros escolares: “Frente a la informatización que se hace obsoleta con más rapidez, está claro que la apuesta es por un sistema de cambios permanentes en el sistema educativo”, enfatiza.