El presidente del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), Efraín Alegre, junto con varios dirigentes de su partido y de igual modo de todo el arco de la oposición, conmemoraron en el recinto del Museo de las Memorias los 30 años de la caída de Alfredo Stroessner y con ello el advenimiento de la democracia. Hizo un llamado a rearmar a la oposición para volver a intentar la hazaña de la alternancia en el 2023.
Alegre hizo un llamado al resto de las fuerzas opositoras, con quienes arañó en las últimas elecciones la presidencia de la República.
Dijo que solo con la unidad de los sectores se podrá derrotar “definitivamente” al sistema heredado de la dictadura stronista, que, afirmó, aún “está vigente”.
Alegre, quien fue el candidato presidencial de la oposición en las últimas elecciones de 2018, expresó que persiste la necesidad “de consolidación de una oposición democrática más fuerte y más unida” para derrotar al Partido Colorado, principal sostén del stronismo.
En este sentido, indicó que “la dictadura tiene raíces muy fuertes y muy consolidadas” en el gobernante Partido Colorado, del que Stroessner fue presidente honorario hasta incluso en el periodo de la transición democrática.
Varios otros dirigentes del PLRA acudieron al recordatorio de la caída de la dictadura, entre ellos, muchos de los que sufrieron torturas e incluso exilio. Coincidieron en el reparo necesario de las víctimas y señalaron como retroceso la vuelta del coloradismo al poder.
También evocó los años duros de la dictadura la senadora titular del Partido Democrático Progresista (PDP) Desirée Masi.
La legisladora dijo que la oposición tiene hoy, así como ayer, un compromiso con las clases más desprotegidas.
Dijo que en los peores años del stronismo fue testigo de cómo varios paraguayos que pensaban distinto sufrían la violencia del Estado, cuando no la muerte. Comentó que, así como ayer, hoy se necesita también una Iglesia con compromiso social y evocó a monseñor Ismael Rolón.
cifras. De acuerdo con las cifras, el horror que dejaron a su paso los 35 años de dictadura se refleja en las 20.090 víctimas directas de violaciones a sus derechos humanos, 59 ejecutados extrajudicialmente, 336 desaparecidos, 18.772 torturados, según datos de la Comisión Verdad y Justicia. Algunos jerarcas del stronismo pagaron con cárcel sus crímenes, pero los actores intelectuales quedaron libres.