La tragedia tocó la puerta de una humilde vivienda ubicada en la compañía Potrero Yvyra’i, distrito de Guazú Cuá, Departamento de Ñeembucú.
Pasadas las 10.00, la ahora fallecida y su hermana comenzaron a manipular un rifle traído por un tío, que había ido a la zona a cazar.
El hombre, cuya identidad aún no reveló el Ministerio Público, habría dejado el arma al alcance de la niña, luego de cazar un ypaka’a, especie de ave que abunda por esa zona rural del país.
“La versión que tenemos es que iban a hacer algo para el almuerzo de esa ave. El cazador puso a un costado el rifle y estaban manipulando las dos chicas, creyendo que el arma estaba descargada”, explicó la fiscala Ana Luz Franco, que tiene a su cargo dilucidar el lamentable hecho.
En un momento –explicó la fiscala– la adolescente de 16 años le dijo en guaraní: “Che japi” (disparame) a su hermana, como haciendo una broma.
En ese instante, según la versión de testigos, la niña gatilla el arma, dando en el cuerpo de su hermana, que cayó tendida al piso.
“Todo parece indicar que disparó la niña de 13 años, que es inimputable. Sería un caso de homicidio culposo”, agregó Franco. La misma aclaró que tomó muestras a dos adultos que se encontraban en la casa cuando ocurrió el crimen, para descartar cualquier otro hecho.