Joaquim Silva e Luna, director brasileño de la Itaipú Binacional, tomó la determinación de trasladar la oficina de la Margen Izquierda a Foz de Yguazú, desde Curitiba, lo que implica la movida de 180 funcionarios. Su objetivo es bajar los costos de la central, al ahorrar gastos en viajes y viáticos. La medida fue calificada como el desmantelamiento del Castillo de Curitiba por algunos medios del país vecino.
No obstante, Ariel da Silveira, abogado y ex superintendente de Recursos Humanos y de Relaciones Laborales de Itaipú; manifestó que esta determinación solo se trata de una “cortina de humo” y que incluso puede resultar más caro para la hidroeléctrica. Explicó que ahora todos los empleados que trabajen en Foz de Yguazú deberán ganar un adicional de 13% sobre el salario base, pues caen bajo la figura del desarraigo.
En segundo lugar, todos los trabajadores tienen el derecho de transporte de sus casas para el trabajo; factor que también se sumará al presupuesto.
A criterio de Silveira, al menos 800 empleados de Foz de Yguazú no necesitarían estar localizados en esa ciudad, incluso muchos funcionarios del área técnica. Hoy, con los medios electrónicos, ni siquiera la operación de la usina exige presencia en Foz, pues la operación remota ya es una realidad en varias usinas brasileñas, remarcó.
“El general (Silva e Luna) tendrá que trabajar más de lo que está imaginando, pues la maniobra es mayor de lo que le están mostrando. La batalla es otra, como todo gestor público hay que tener cuidado con las distracciones”, expuso el ex funcionario de Itaipú en el portal Alerta Paraná.