24 abr. 2024

#30yearschallenge

Arnaldo Alegre

Esta democracia eternamente adolescente cumple 30 años. Y es precisamente por la falta de madurez que el desafío de hacer la comparación de cómo se vivía antes y ahora es la excusa de los nostálgicos para perorar sobre las supuestas bondades de la dictadura.

Como lo esencial es invisible a los ojos –como ya lo eternizó El Principito– es difícil hacerles entender a estos y a los incautos que les hacen eco que el mayor aporte que dejó el golpe del 2 y 3 de febrero de 1989 es la libertad.

Valor este que –por la infranqueable estupidez humana– solamente se suele apreciar cuando se lo pierde.

Las generaciones que sufrieron la pesada noche de la tiranía (por cierto sin siquiera hacer algún tipo de oposición, tan solo mascullando el desprecio hacia los adulones y paniaguados del régimen) saben lo que fue padecer el autoritarismo.

También hay que decir que muchos de los que pasaron esos años sin arte ni parte en el gobierno confunden, y donde había temor, ven respeto; donde había terror, ven tranquilidad.

Tampoco las generaciones post 89 pueden alegar ignorancia de los años duros como atajo para salir a desear a diestra y siniestra –más lo último– el regreso de la mano dura.

La persistencia de la tara autoritaria obedece a que jamás hubo un verdadero revisionismo histórico profundo, y sobre todo con afán educativo. Más allá de algún robo poco justiciero de los generales triunfadores no se recuperaron nunca los bienes malhabidos de los stronistas. Estos se mimetizaron y calladitos gozaron de los millones espoliados por ellos o sus familiares. Esa es la triste realidad.

La democracia paraguaya adolece de imperfecciones y muchas son muy básicas. Corre el peligro de convertirse solamente en un ejercicio rutinario de elecciones entre los menos peores.

El Poder Judicial y el Ministerio Público, en la mayoría de los casos, son un remedo ofertados al mejor postor. El Poder Legislativo, en gran medida, es una cueva de oportunistas, delincuentes con poder y estafadores varios. El Poder Ejecutivo, en tanto, es una seguidilla de proyectos casi siempre inconexos (hay alguna coherencia como la macroeconomía, que nos volvió irónicamente un país pobre pero con dinero en el banco), cuyas prioridades cambian con cada nuevo presidente. En general, la clase política es inconsciente de su deber histórico.

Pese a todo ello somos libres y depende de nosotros el cambio. Antes no teníamos ni siquiera esa posibilidad.

Más contenido de esta sección
Las ventas al público en los comercios pyme de Argentina cayeron un 25,5% interanual en febrero pasado, golpeadas por la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores a causa de la elevadísima inflación, y acumulan un declive del 27% en el primer bimestre del año, según un informe sectorial difundido este domingo.
El mandatario decidió crear el fondo nacional de alimentación escolar esperando un apoyo total, pues quién se animaría a rechazar un plato de comida para el 100% de los niños escolarizados en el país durante todo el año.
Un gran alivio produjo en los usuarios la noticia de la rescisión del contrato con la empresa Parxin y que inmediatamente se iniciaría el proceso de término de la concesión del estacionamiento tarifado en la ciudad de Asunción. La suspensión no debe ser un elemento de distracción, que nos lleve a olvidar la vergonzosa improvisación con la que se administra la capital; así como tampoco el hecho de que la administración municipal carece de un plan para resolver el tránsito y para dar alternativas de movilidad para la ciudadanía.
Sin educación no habrá un Paraguay con desarrollo, bienestar e igualdad. Por esto, cuando se reclama y exige transparencia absoluta en la gestión de los recursos para la educación, como es el caso de los fondos que provienen de la compensación por la cesión de energía de Itaipú, se trata de una legítima preocupación. Después de más de una década los resultados de la administración del Fonacide son negativos, así como también resalta en esta línea la falta de confianza de la ciudadanía respecto a la gestión de los millonarios recursos.
En el Paraguay, pareciera que los tribunales de sentencia tienen prohibido absolver a los acusados, por lo menos en algunos casos mediáticos. Y, si acaso algunos jueces tienen la osadía de hacerlo, la misma Corte Suprema los manda al frezzer, sacándolos de los juicios más sonados.
Con la impunidad de siempre, de toda la vida, el senador colorado en situación de retiro, Kalé Galaverna dijo el otro día: “Si los políticos no conseguimos cargos para familiares o amigos, somos considerados inútiles. En mi vida política, he conseguido unos cinco mil a seis mil cargos en el Estado...”. El político había justificado así la cuestión del nepotismo, el tema del momento.