24 jun. 2025

25 sicólogos tiene la Policía para monitorear salud mental de agentes

Las autoridades indicaron que inclusive se aumentó la cantidad de profesionales para la contención, debido a los últimos hechos violentos que protagonizaron sus uniformados.

La salud mental de los agentes sigue bajo la lupa de las autoridades de la Policía, que hace unos días, admitieron que se ven desbordados por la ola de inseguridad ante la falta de más policías que estén en las calles.

A esta situación también se le suma el grupo de uniformados que se encuentran imposibilitados por estar aquejados de problemas de índole sicológico.

Para estos casos, 25 profesionales trabajan en la contención y el seguimiento de los pacientes a los que se detectaron problemas de esta índole.

El comisario Jorge Coronel, encargado de Talento Humano, explicó que el número de profesionales que trabajan en este campo se aumentó luego de los últimos hechos que involucraron a uniformados como la masacre en Capiatá, donde quedó en evidencia.

El Departamento de Salud Mental, que funciona en el Hospital Rigoberto Caballero, es el que monitorea los casos, según confirmó el comisario Coronel, que no supo precisar cuántos agentes están siendo tratados.

Reveló además que los policías llegan hasta ahí luego de unos test que se realizan cada año en que se va a tratar los ascensos.

Este año, este control no se pudo realizar debido a las restricciones impuestas por las autoridades para luchar contra el Covid-19.

En el año 1995, la Policía creó el Departamento de Bienestar Policial, donde se tratan las diversas situaciones que se presentan con el personal.

El comisario Coronel indicó que los profesionales realizan trabajos en control de ira y otros aspectos, pero reconoció que no es posible llegar a todo el personal policial, que en el año 2019 rondaba los 25 mil agentes, entre oficiales, suboficiales y funcionarios.

VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. Otro de los factores que ponen en alerta a las autoridades es el de los policías que están procesados por violencia intrafamiliar. La comisaria María Elena Andrada, de Relaciones Públicas, había informado que son más de cien los que están en esta situación.

El caso del familicidio cometido por el suboficial Isidro Casco en Capiatá, hecho que conmocionó a la sociedad, es otro de los que dejó en evidencia que muchos uniformados cumplen funciones a pesar de padecer trastornos.

El siquiatra Hugo Vera, consultado al respecto, expresó que si el agente hubiera sido evaluado por un profesional, podrían haber disminuido los síntomas.

Su colega, el doctor Manuel Fresco, se refirió a la necesidad de establecer un protocolo para las personas que tienen algún trastorno.

El profesional mencionó que la Policía precisa de un plan de monitoreo regular para ver cómo está la mente de los agentes de la institución para evitar este tipo de tragedias.

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Opinión
“Es recomendable que sean evaluados”
“En cuanto a la salud mental, los policías son personas que tienen una historia detrás, tienen familias, padres, son hermanos, son madres y padres, son hijos. Quizá pensamos que los uniformados deben mostrarse serios y fuertes, pero son personas y lo más importante es que también trabajan con personas con problemas y está en sus manos resolver los conflictos. Esto los expone aún más al estrés y al burn out (síndrome del quemado por estrés).

Es significativo que el hombre o mujer que va a portar un arma y estar al pendiente de la seguridad de nosotros, los ciudadanos, primero sea una persona consciente de sí misma (que se conozca), que cultive una buena salud física y síquica, realizando terapias y dinámicas para promover el equilibrio, entrenando su inteligencia emocional y el control de los impulsos. Débora Zelada, sicóloga