Según a acusación de la fiscala Perla Cáceres, los abusos sucedieron de forma sistemática, hasta que el abusador fue sorprendido por una comitiva fiscal en enero del año pasado.
El caso salió a luz luego de que una sicóloga tomó conversación en una despensa con una de las niñas, que le relató inocentemente la realidad que vivían con el padre. Tras tomar conocimiento del hecho, la profesional las llevó a la Consejería Municipal por los Derechos del Niño, Niña y Adolescente (Codeni) de la zona.
En la Codeni, la menor dijo que su padre abusaba de ellas sistemáticamente, por lo que se hizo la denuncia del hecho ante la Unidad Especializada de Lucha contra la Violencia Doméstica de la Fiscalía, en Villarrica. Tras la denuncia, el hombre fue detenido durante un allanamiento a la vivienda, ubicada en la compañía Potrero Benítez. Los intervinientes detallaron que el mismo fue encontrado por la comitiva desnudo en la cama con una de sus hijas. También informaron que las mantenía en estado deplorable y en extrema pobreza y a la par las sometía sexualmente, por lo que estaban con traumas.
Acerca de la madre de las niñas, los investigadores no pudieron hallar rastros de su paradero.
Las dos niñas fueron sometidas a varios estudios para comparar si los hechos ocurrieron en realidad. Ambas están en proceso de adopción con la familia que les acogió durante toda la investigación y el juicio oral y público.
La fiscala Cáceres dijo que solicitó la pena máxima para abuso sexual en niños, que es de 30 años de cárcel, por la gravedad del hecho, pero que el Tribunal de Sentencia, integrado por los jueces Nancy Roa, Élida Bogado y Julio Alfonso, “consideró justa y adecuada la pena de 25 años de pena privativa de libertad”.