16 jun. 2025

20/20

Benjamín Fernández Bogado – www.benjaminfernandezbogado.wordpress.com

Para los oftalmólogos es la visión perfecta. La que no requiere de gafas para observar una realidad de manera clara y nítida. Es la que todos requerimos para entender primero nuestro país, para asumirlo y posteriormente: Para cambiarlo. Dejar de lado la miopía egoísta de nuestra clase dirigente cuya gran mayoría solo es movida por los intereses personales y los deseos de figuración imposibles de alcanzar desde otro oficio o actividad. Debemos mirar de cerca la realidad que vivimos, la que nos muestra un país pequeño en población, enorme en geografía y de una abundancia de recursos que le debería dar vergüenza sumar más de dos millones de habitantes pobres que van todos los días a la cama sin haber probado un bocado. De lejos creemos que porque nos va bien a unos pocos eso es suficiente y que los pobres son pobres solo porque nacieron en esa condición y no podrán cambiar su destino. Paraguay es un país pobre solo porque no tiene educación adecuada y en consecuencia carece de conciencia, juicio crítico y capacidad de gestión.

Un país que padece muchas veces de presbicia que le impide ver los valores cercanos por culpa de una rigidez del cristalino que hace como si no existiera la marginalidad con la que convive todos los días. Cada pueblo nuestro tiene su “Chacarita” producto de la migración campo-ciudad que llenó de necesidades insatisfechas a millones y generó la criminalidad y la miseria de la que viven entre otros los informativos morbosos de la televisión. Nadie quiere ver el problema de Asunción, para lo cual les invito a bajar al barrio Santa Ana y observar de dónde vendrán los “alienígenas” a destruirlo todo apenas… tengan juicio crítico. Por eso es un “buen negocio” mantenerlos ignorantes para que nunca tengan conciencia de su vida miserable. No queremos entender este drama y los responsables de la generación de la miseria de miles no quieren contribuir con mayores impuestos porque saben bien que el Estado cautivo (de ellos y otros) es incapaz de utilizar los recursos honestamente a favor de los muchos. Por eso dicen: “Para qué vamos a pagar más si todo irá al barril sin fondo de la corrupción”. Presbicia absoluta. Que paguen los tontos de siempre, total ellos creen tontamente que los alienígenas no los robarán, secuestrarán o matarán.

Los partidos políticos padecen de astigmatismo severo. Ven las cosas de manera distorsionada. Por ejemplo el “partido agrarista” en el poder es el mayor responsable de la pobreza campesina y todavía gobierna a punta de polca, poncho y caballo. Los demás solo creen como ellos que el poder es generador de oportunidades para robar y proveer de cargos a los parientes, amigos y amantes. Lo ven todo deformado sobre lo cual sostienen su catecismo incívico que genera más pobreza y subdesarrollo.

El mal llamado catarata es el más frecuente para quien alcanza el poder. La opacidad hace que la luz se disperse y no logra enfocar la retina. La adolescente democracia de 30 años siempre tiene culpables locales o externos pero nunca logra asumir su responsabilidad personal o grupal.

Las demás dolencias del ojo como glaucoma, conjuntivitis, desprendimiento de retina y otras son tan perturbadoras que algunas llevan a la pérdida de la visión. Paraguay requiere un tratamiento ocular intenso. Hace mucho tiempo no estamos viendo la realidad como se debiera. No asumimos nuestras dolencias, nos resistimos a usar gafas o ser sometidos a una operación que permita tener una perspectiva clara de nuestras dolencias y posteriormente: Una capacidad para afrontarla. Por todo eso caminamos diariamente con un lazarillo que casi siempre termina aprovechándose de nuestra ceguera y nuestra indolente ingenuidad colectiva. Es hora de buscar la visión perfecta: 20/20, para acertar el camino correcto porque los tuertos no pueden seguir siendo reyes en un país de ciegos.