El local educativo está a pasos del Hospital Materno Infantil de Loma Pytá, separado por la calle Boris Dedolt. El movimiento que genera el centro hospitalario afecta a las instalaciones del colegio, al no preverse sitios adecuados para el estacionamiento de vehículos y para los locales gastronómicos. Toda la acera del colegio es una playa de estacionamiento permanente.
En la comunidad educativa comentan que al menor descuido algunos rodados estacionan en el patio de la institución, que es utilizado por los estudiantes para sus actividades recreativas y deportivas, y deben ponerse a buscar a los dueños de los vehículos.
Otra situación que viven en el centro educativo es el copamiento del espacio de las aceras del colegio por vendedores de asaditos, lomiteros, y otros alimentos, que afecta a las clases del turno noche.
“Cuando empiezan a preparar sus productos se tiene la invasión en las aulas del humo y el aroma de las comidas que cocinan en la vereda”, acotó el Lic. Agustín Moreno, director del colegio.
El estudiante Fernando Añazco dijo que tal es la cantidad de puestos de venta que se instalan a la noche en la vereda del colegio que todo el entorno del local educativo parece un área de fast food, que congestiona más la zona en materia de tránsito y aumenta la peligrosidad de la esquina de la ruta Transchaco y la calle Sgto. Lombardo.