“Me envían lejos para enseñarme sobre cómo ser sensato, lógico, responsable... intelectual, cínico”, dice parte de la letra del tema Logical Song (Canción lógica), lanzada por Roger Hodgson y Supertramp en el álbum Breakfast in America, en marzo de 1979.
Un tema que habla, en esencia, de esa educación que recibe uno en la escuela, en el colegio. Casi cuarenta años después sus líricas siguen vigentes. Son tan actuales hoy en Europa como en América, como en Paraguay.
Trata sobre lo despistados y mal orientados que acaban los adolescentes al culminar eso que se conoce como la educación secundaria. Luego de 12 a 13 años de escolaridad, los jóvenes salen sin las herramientas necesarias para afrontar lo que les aguarda en el mundo exterior.
En una entrevista concedida en el 2012, Roger Hodgson sostuvo que la canción lógica exclama sobre “lo que nos enseñan en la escuela está todo bien, pero lo que no nos dicen ahí es lo que crea demasiada confusión en nosotros”.
Indicó que “no nos preparan (o prepararon) para la vida en términos de mostrarnos o descubrir quiénes somos. Hay un gran agujero en la educación”.
Él mismo se sintió confundido sobre lo que era o lo que podría hacer en ese momento de su vida. Esa melodía –contó a modo de anécdota– suena mucho en los colegios. “A lo mejor estimula a los estudiantes. Espero eso”, expresó. Incluso decidió, diciendo que esto lo ayudó a “reeducarse”, y a encontrarse a sí mismo.
Es muy interesante cómo lo que escribió el tecladista es aún tan significativo.
Otro inglés, el autor de cómics Alan Moore, relató en un documental cómo pasó de ser de los mejores alumnos en un establecimiento de una zona pobre del Reino Unido, a estar en la cola al trasladarse a un colegio citadino. Terminó abandonando. Aún así, en la actualidad es uno de los escritores más reconocidos del género en todo el mundo.
Ya no son solamente los artistas, pedagogos o investigadores quienes cuestionan hoy el rol y la calidad del sistema educativo.
Es algo que se cuestiona globalmente. Hay teorías que indican que la escuela no solo debe incluir a todos sin distinciones.
Además, debe ser capaz de encontrar la individualidad de cada uno. O por lo menos, identificar las habilidades y fortalezas de sus estudiantes.
Pero el sistema no responde a estas necesidades. Ni siquiera está preparado para estimular la conciencia crítica en los alumnos, por lo menos en nuestro país.
Justamente, expertos regionales del sector educativo cuestionaron la escasa relevancia de la educación en los jóvenes. Este factor, acompañado de la situación económica que afecta a casi dos millones de personas en situación de pobreza o pobreza extrema en Paraguay, produce una de las tasas de deserción más altas de todo el continente. Seis de cada diez alumnos que se inscriben en el primer grado no terminan la secundaria en el territorio.
La ex ministra de Educación del Perú Patricia Salas manifestó en este encuentro, que precisamente la escuela debe mirar también desde la perspectiva del estudiante.
“Debemos preguntarnos quién es, dónde y cómo está ese chico que está desorientado, que abandona, que prefiere trabajar antes que estudiar para buscar después mejores horizontes”, apuntó.
Investigaciones locales coinciden con esta versión, agregando que hay un desinterés, no por culpa de los estudiantes, sino porque el sistema no produce contenidos suficientes y acordes con el mundo del presente.
Si esto era diferente, capaz Hudgson no tenía tantas dudas sobre su ser y no necesitaba cruzar el océano para ser un prolífico cantautor.
O la escuela inglesa pudo haber reconocido el talento de Alan Moore y así facilitarle el camino de creativo.
Pues claro, antes de escribir sobre Los Vigilantes, el Guasón o Superman, es decir, antes de encontrarse, debió pasar por múltiples oficios que nada tienen que ver con las letras.