En medio de las noticias malas, es alentador que Barack Obama y Xi Jinping hayan decidido ratificar el Acuerdo de París en la reunión de la G20 de Hangzhou (China). Ese acuerdo, como sabemos, se firmó en diciembre del año pasado, para tomar las medidas para detener el calentamiento global. Sin embargo, no pasará de ser una simple declaración de principios mientras no sea ratificado por un cierto número de países. En rigor, hasta que no lo ratifiquen países responsables del 55% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Si las dos mayores potencias mundiales lo ratifican puede esperarse que otros más se sumen, y el acuerdo se convierta en un compromiso legal.
En reuniones internacionales anteriores, en particular en la de Copenhague de 2009, China y Estados Unidos tuvieron una actitud diferente: no se comprometieron a tomar medidas concretas para detener el recalentamiento global. Ese fue uno de los factores decisivos en el fracaso de Copenhague. Ahora, y pese a los desacuerdos en otras cuestiones importantes, las dos potencias mayores se han puesto de acuerdo en algo que va más allá de todas las discrepancias: la preservación del planeta.
Para que el Acuerdo de París tenga fuerza legal, es necesaria su ratificación por países responsables del 55% de las emisiones de gases de efecto invernadero; entiéndase, de las que hacen aumentar la temperatura global de la Tierra. En este sentido, el mayor emisor de esos gases (el mayor contaminador) es China, responsable del 20,09% de las emisiones, mientras que Estados Unidos lo es del 17,89%. Si a esos dos países se suman Rusia (7,53%), India (4,10%) y Japón (3,79%), se habrá llegado al 55% requerido.
Con el liderazgo de China y Estados Unidos, es posible que al 55% se llegue para noviembre de este año, para la reunión de las Naciones Unidas en Marrakech. Esto sería muy deseable, considerada la posibilidad de que Donald Trump (toco madera) llegara a la presidencia. Para Trump, el recalentamiento global es una mentira inventada por los chinos, empeñados en perjudicar a la producción norteamericana con la imposición de regulaciones que no tienen sentido. Obama, con mayor conciencia ecológica y mayor conciencia en general, está dispuesto a enfrentar a la oposición republicana en el Congreso; por su bien y el de los demás, esperemos que la supere.
Si Estados Unidos ratifica el Acuerdo de París, es seguro que el Paraguay lo hará, que no es una garantía total. Además de prometer, los países deben hacer, y no parece que el nuestro esté haciendo lo necesario para que su aceptación del acuerdo se materialice. Que yo sepa, no tiene un estudio serio de lo que el Paraguay contamina, que viene a ser el primer paso para tomar las medidas necesarias para combatir la contaminación.