19 abr. 2024

Un viaje al glorioso Fortín Toledo

Rosalía Ciciolli

El Fortín Toledo fue escenario de una de las más gloriosas páginas del ejército paraguayo durante la Guerra del Chaco. Hasta hoy, ese lugar preserva intactas sus tucas y trincheras, que sirvieron de resguardo a los estrategas y soldados que defendieron este fortín del avance boliviano. La importancia de este lugar radica en el hecho de que su defensa evitó que el ejército enemigo llegara hasta Isla Po’i, centro de operaciones de las Fuerzas Armadas paraguayas.

Visitar este sitio, ubicado en el Departamento de Boquerón, a 491 kilómetros de Asunción, permite conocer de cerca el escenario y rememorar los hechos que llevaron al ejército de compatriotas a una de las victorias más resonantes de la contienda chaqueña.

Llegar hasta el Fortín Toledo puede ser toda una odisea, por el estrecho camino de tierra de unos 20 kilómetros que es necesario atravesar para alcanzar este sitio histórico, desde la ruta asfaltada que solo llega hasta Colonia Neuland, unos 10 kilómetros antes de Mariscal Estigarribia.

Al arribar al lugar de la contienda, las efigies de los tres oficiales que dirigieron esta batalla recibe a los visitantes: La del Gral. Brig. Juan Bautista Ayala, el cerebro del regimiento de unos 5.000 soldados paraguayos; la del Gral. Brig. Alfredo Patricio Ramos Ríos; y la del Tte. 1º de Infantería Manuel Irala Fernández, más conocido como Yacaré Valija, por haber robado un maletín con documentos estratégicos a los bolivianos.

Un poco de historia. Libros de historiadores paraguayos narran con total detalle cómo se sucedieron los hechos durante la batalla por la defensa del Fortín Toledo, entre el 25 de febrero y el 11 de marzo de 1933. Cuentan que las fuerzas del Segundo Cuerpo del Ejército paraguayo, al mando de Ayala, estaban apostadas dentro del Fortín Toledo y esperaban el ataque de los bolivianos, que llegaron desde el Fortín Corrales.

Como no evaluaron correctamente las posiciones paraguayas, el enemigo no contó con el número necesario de soldados para romper las defensas de Toledo.

Al momento de la batalla, la situación paraguaya tampoco era favorable, porque la mayoría de los 5.000 soldados eran novatos y sin experiencia en combate en el monte. Además, la artillería solo tenía viejos y obsoletos cañones sin punto de mira; y una peste de disentería y fiebre tifoidea afectaba a muchos combatientes.

El 25 de febrero, los bolivianos iniciaron el ataque a Toledo con un intenso fuego de artillería, que fue defendido por los paraguayos, que acosaron al enemigo con fuegos de fusiles y morteros. El 27 de febrero, los bolivianos emprendieron un nuevo ataque en el que perderían a 1.200 soldados.

La derrota afectó la moral y capacidad combativa del enemigo, que se replegó hacia sus bases. El 9 de marzo los paraguayos interceptaron las comunicaciones bolivianas y al día siguiente Ayala ordenó la movilización de los regimientos para que emprendiesen otro ataque.

La batalla por el Fortín Toledo finalizó el 11 de marzo de 1933, con la retirada de los bolivianos hacia Corrales, y hasta ese momento fue el enfrentamiento más importante de la guerra por la cantidad de soldados de ambos ejércitos enfrentados y por las bajas ocasionadas.

Al rescate del tagua

Otro atractivo para los visitantes del Fortín Toledo es la reserva de animales silvestres del proyecto Tagua, contigua al sitio histórico, y en donde se mantienen en cautiverio para su reproducción 121 ejemplares de tres especies: El tagua, pecarí del Chaco, pecarí de labio blanco, tañykai; y el pecarí de collar, kure’i. Esta reserva fue creada en noviembre de 1985, mediante un acuerdo entre el Ministerio de Agricultura y Ganadería, la Sociedad Científica de San Diego (EEUU) y el Cuerpo de Paz. La intención es investigar y criar en cautiverio al tagua, debido a la alarmante disminución de la entonces muy poco conocida y recién descubierta especie. Los registros indican que hoy subsisten en el Chaco entre 3.500 a 4.000 ejemplares de tagua. Desde 1985 hasta el 2003 se introdujeron alrededor de 200 ejemplares a su hábitat natural gracias al proyecto. La reserva se mantiene con fondos provenientes de zoológicos de EEUU y se precisan G. 5.000.000 al mes solo para la compra de alimentos para los 121 ejemplares en cautiverio, indicó Víctor Robles, técnico agropecuario y curador del lugar. Interesados pueden conocer más en www.cccipy.org.

Opinión

Una batalla fundamental

“La batalla de Toledo fue importante pues evitó que los bolivianos lleguen hasta Isla Po’i por el norte, en donde estaba el cuartel general paraguayo. El haber llegado hasta ahí hubiera significado arrasar con las colonias menonitas y cortar el abastecimiento del ejército paraguayo. Los bolivianos querían ingresar por el norte porque las tropas paraguayas habían logrado detener el avance por el sur, con la batalla de Nanawa. Por eso fue fundamental la defensa de Toledo, porque logró que los bolivianos no llegaran hasta el centro”, dice el historiador Rafael Mariotti.