La madre, Sara Chaparro, también coopera con los doctores en el tratamiento a través del sistema canguro, para el crecimiento de sus pequeños. Se trata de un contacto piel a piel con sus hijos, brindándoles calor y contención.
Es utilizado para la parte afectiva, nutricional y control térmico, explicó la jefa de Pediatría, Ana Arreche, del Hospital San Pablo, donde se encuentran internados.
Melody, Melanie y Mateo van turnándose en los brazos de su madre para gozar del método canguro. Cada uno permanece dos horas en contacto pleno con la mami, “a uno le tengo por la mañana, a otro por la tarde y al último le alzo por la noche. Tenerlos conmigo es algo inexplicable, la primera vez que les cargué lloré de la emoción”, comentó Chaparro.
Para Sara fue el milagro más grande de su vida, ya que durante todo el embarazo había incertidumbre porque no sabía qué podría pasar al día siguiente.
“Oraba muchísimo y con llantos, cada día que pasábamos era un logro, para mí son milagros. Creo más en Dios que en la ciencia”.
Riesgo. La mujer padecía de lo que se denomina enfermedades de Graves, que altera el organismo y el síntoma más común es el aborto, pero tras cuidados rigurosos y un tratamiento adecuado se logró que los tres bebés nazcan sanos.