El suceso ocurrió ayer durante una inspección rutinaria en el Instituto Penal Agrícola de Bauru, en el interior de São Paulo, cuando un agente penitenciario vio a un preso que estaba comunicándose por medio de un celular, según informó la Secretaría de Administración Penitenciaria (SEAP) de São Paulo. El SEAP señaló que el grupo de intervención rápida intervino para asegurar la unidad, donde no hubo rehenes, mientras que la policía militar actúa en la captura de los reclusos fugados y ha logrado detener a 90 internos. “Todos los presos envueltos en este episodio y los capturados reingresarán a prisión en régimen cerrado”, agregó. Los presos se amotinaron para protestar contra la “rígida disciplina” del presidio, que tiene superpoblación carcelaria, según denunció el presidente del Sindicato de los Agentes de Seguridad Penitenciaria (Sindasp), Daniel Grandolfo.
Grandolfo señaló que la situación en el presidio ya fue controlada y resaltó que en la cárcel de Bauru solo hay internos vinculados al Primer Comando de la Capital (PCC), la mayor organización criminal del país, lo que evitó enfrentamientos entre reos de facciones rivales, como los ocurridos en otras prisiones de Brasil en las últimas semanas. EFE