19 abr. 2024

Tras 4 años de proyectos, continúan sin agua potable

Justiniano Riveros

SAN LÁZARO

Son 237 familias de dos comunidades rurales del distrito de San Lázaro las que siguen consumiendo agua cruda del río Paraguay, pese a que hace cuatro años se inició el proyecto de extensión de agua potable en sus territorios. El hecho repercute en la salud de los habitantes.

Se trata de las localidades Tres Cerros y Cerro Morado, cuya población se dedica a la explotación mineral, única fuente de trabajo. “El proceso se inició en el 2013, luego comenzaron los trabajos con apoyo de la Industria Nacional del Cemento, Senasa e Itaipú, pero a cuatro años los trabajos no concluyeron e incluso pararon todos”, dijo Ceferino Silva, presidente de la Junta de Saneamiento.

Explicó que lo llamativo es que la planta de tratamiento no se construyó en la comunidad, sino que prefieren extender 17 km de cañería para traer el agua de Vallemí. “Nosotros no entendemos el motivo, ya que nuestra comunidad está a 300 metros del río, pero ellos prefieren traer de Vallemí extendiendo 17 km de cañería”, indicó.

Por su parte, Miguel González, presidente de la Junta Municipal, indicó que hace dos meses la maquinaria de la Itaipú y Senasa se halla parada en la casa de una familia, hasta donde hicieron llegar los caños para la distribución. “Nosotros ya tuvimos mala experiencia en el 2012, cuando inauguraron un sistema de agua que nunca funcionó, y ahora dicen que de nuevo quieren inaugurar, pero nosotros no tenemos agua”, lamentó.

SALUD. A simple vista se notan la caseta y el tanque elevado que se han instalado, pero el agua aún no llega de Vallemí, mientras tanto los pobladores siguen consumiendo agua no potable. “El problema del consumo de agua no potable repercute en la salud de la población. De hecho, acá el principal inconveniente es eso”, explicó el Dr. Marcial Bedoya, director de la Unidad de Salud de la Familia de Tres Cerros.

El intendente de San Lázaro, Jorge Villalba, manifestó su preocupación por la obra parada y destacó que hay poca información de las instituciones que llevan adelante este proyecto. “Estas son poblaciones muy sufridas que se merecen un mejor trato en su salud”, destacó Villalba.

En Tres Cerros hay 180 familias, mientras que Cerro Morado tiene 57 familias. Todas ellas no acceden al sistema de agua potable y, a causa del trabajo de las calerías, sufren el impacto ambiental de mucha polvareda.